domingo, 20 de abril de 2008

Todo unos

20 de abril. XII Carrera Popular de Colmenarejo.

Pues aquí estoy de nuevo, vuelta a los inicios. Dos años después, a correr la Carrera Popular de Colmenarejo.

Aunque la previsión anunciaba lluvias, lo cierto es que las nubes se han puesto de nuestro lado abriendo un enorme claro que nos ha acompañado durante toda la mañana. El viento, eso ya es otro cantar, pero no se puede tener todo...

Ana y yo hemos llegado casi con el tiempo justo de coger mi dorsal. Antes de eso nos hemos encontrado con Antonio y Teo, los otros corredores del club que participaban en la carrera. Al final el superpresi, Chema, no ha podido venir. Lástima.

Antes de empezar a calentar he decidido probar una muestra de gel precalentamiento que me dieron en no sé qué carrera. La verdad es que no he notado nada especial. Hemos calentado los tres mosqueteros por la pista, y con un poco de retraso se ha dado la salida.

Si bueno es correr con conocidos, es cierto que a veces tiene sus inconvenientes cuando los objetivos no coinciden, como en este caso. Me he puesto con Antonio y Teo demasiado atrás, por lo que he tenido que ir adelantando posiciones por las calles exteriores de la pista. No he querido cebarme, pero tampoco quería quedarme muy atrás.

Tras salir de la pista hemos tomado un tramo de asfalto en bajada, pero enseguida ya estábamos tocando campo. Algunos charcos, sí, pero menos barro del que cabía esperar. Primer kilómetro en 4'06" aproximadamente.

Casi enseguida el primer repechillo para ir poniéndonos en nuestro sitio. Subo bien, y sigo sin cebarme, que aún queda mucho. Ana me pilla cámara en mano antes de coger la carretera al Pardillo. Kilómetro 2 en 8'12".

Este tramo es suave y veo como un chaval me pasa no sólo a mí sino a bastantes que van por delante con una soltura que da miedo. A menos de dos kilómetros de meta le volví a ver parado, no sé si con un esguince o qué.

Dejamos el camino del Pardillo y volvemos a los caminos de tierra, bajando entre árboles. Madre, que todo lo que se baja luego hay que subirlo. Kilómetro 3 en 12'41" y 4 en 16'48".

Intento no pensar mucho en ello, pero soy consciente de que no he recuperado del todo mis piernas después de la subida al Piélago. Después de las agujetas de principios de semana, entrenamiento, un solo día de pádel (menos mal) y la piscina el viernes, noto que mis piernas no van todo lo bien que desearía. Kilómetro 5 en 21'12" (creo)

Los últimos kilómetros, como siempre, son de un cierto bajón. Me pego a un corredor que no lleva mal ritmo, pero sin pasarle, porque además me quita algo de viento. El kilómetro 6 ya es por asfalto y, la verdad es que no sé ni qué tiempo llevo. Comienza una ascensión que debería sonarme, porque es el tramo que hemos bajado al principio, pero estoy un tanto desorientado, la verdad.

Me quedo un poco en la subida, pero mantengo distancias, y veo por fin el portón de entrada a la pista. ¿Ya estamos? Me ha pillado por sorpresa. No noto que venga nadie detrás, y Ana ya me espera a la entrada para sacarme una fotillo (pincha la foto para ver la cara de no ir demasiado fino que tengo; sin comentarios de la mano izquierda).

Pero entro en la pista y pienso que sólo quedan 300 metros. Empiezo a apretar progresivamente. Adelanto a uno justo antes de la última curva, y sigo, sigo. Enfilo los úlitmos 100 y adelanto a mi parapeto de los últimos kilómetros, pero no me quedo ahí y hago el último esfuerzo para pasar a otros dos corredores más, uno de ellos sobre la línea de meta (aquí el vídeo, aunque casi no se me ve)

La novedad de esta carrera es que no hay chips sino que el dorsal lleva un código de barras, así que al llegar a meta nos leen y al momento sale una pegatina con nuestro tiempo y puesto: 31'41" (no es un tiempazo, pero el perfil era bastante irregular). Puesto ¡41 de la general y 21 de senior! No está nada mal.


Al cabo de un rato de esperar a Teo y a Antonio noto que los gemelos se empiezan a quejar, así que me acerco al polideportivo, donde dos alumnas de primero de fisioterapia me dan un estupendo masaje. Un buen colofón para una estupenda mañana.

domingo, 13 de abril de 2008

Menuda subidita (y menuda bajadita)

13 de abril. Cross subida al Piélago. Hinojosa de San Vicente (Toledo).

Estavez la cita era en Hinojosa de San Vicente (Toledo). XIX Cross subida al Piélago. 13'5 km en total. Los 6'5 primeros de subida con pendiente media del 10%, y el resto del recorrido consistía en bajar por el mismo camino.

Cielo bastante despejado, con algunas nubes, y temperatura algo fresquita, lo que nos obligó a Teo, Cristina, Pedro y a mí a tomar algo calentito tras recoger el dorsal. Buen ambiente en la plaza del pueblo, donde ya se estaban celebrando carreras de otras categorías inferiores.

Algo más de 150 inscritos que salimos puntualmente después de calentar un poco por el primer tramo del recorrido que, como ya se esperaba, era de continua subida con algunos tramos de falso llano. Primer kilómetro en poco más o ménos 5 minutos y medio.

Hasta el kilómetro 4 me marqué un ritmo constante sin cebarme con los que me pasaban o iba cogiendo. En ese punto decidí no hacerme el valiente y alternar tramos andando y corriendo que compartí entre otros con una chica que luego me enteré que quedó tercera en categoría femenina.

Al paso por el 5 el reloj marcaba 30'; no me había puesto metas, así que iba bien ;-) aunque mejor iban los primeros de la carrera, que a esas alturas se cruzaron conmigo. Yo, con kilómetro y medio por delante hasta la subida y ellos, a sólo 5 km de la meta. Dos keniatas separados por apenas 20" encabezaban el rosario de corredores que a partir de ese momento no dejé de cruzarme. Los últimos metros hasta la subida los hice corriendo, y tras dar un inesperado rodeo en la pradera que marcaba el fin de la ascensión, bebí un poco de agua y comencé el descenso.

Igual que en la subida, decidí no cebarme; cada cual baja a su ritmo, y yo tengo el mío. A la altura del km 6 (para los que subían) me crucé con Pedro, y un kilómetro más allá, con Teo y Cristina. ¡¡Ánimo chicos!!

Las vistas, con el pantano de Cazalegas al fondo, espectaculares. Una de las cosas buenas de estas carreras, sin duda.

Después de quemar kilómetros a ritmos soñados, decidí no cagarla como en Cercedilla y viendo que iba bien de fuerzas esprinté los últimos 200 metros, dejando atrás a un corredor que en los últimos kilómetros me había precedido en apenas unos pocos metros. La llegada a la plaza del pueblo oyendo mi dorsal, nombre y procedencia por la megafonía, ¡espectacular!

Un tarro de miel y una figura de cerámica no son el único recuerdo de esta carrera, ni tampoco las agujetas que siento al día siguiente. Me llevo conmigo un ambiente estupendo, en una carrera que podría decirse minoritaria, pero de las que yo al menos recomiendo correr de vez en cuando, porque son en las que da gusto participar. Y el domingo que viene, otra en Colmenarejo; vuelta a los inicios.

Tiempo final por debajo de 1h 03' (esperando la clasificación oficial).
(18/04/2008) Por fin están los tiempos oficiales: 1h02'08" a menos de 20' del primero. Puesto 63.

viernes, 11 de abril de 2008

Mecanizando

Desde pequeño he practicado deportes. En algunos he competido (fútbol sala, fútbol, baloncesto, balonmano, atletismo) y otros los he practicado por gusto con amigos (tenis, pádel, natación, voley, esquí...)

Salvo en el caso del baloncesto, que practiqué varios años comenzando en una especie de escuela antes de entrar en un equipo, el resto los he ido aprendiendo sobre la marcha. La consecuencia de esto ha sido que practico o he practicado muchos deportes, pero no sé jugar bien a ninguno.

Y es que es así: a poco que tengas ciertas aptitudes para el deporte, puedes encontrarte practicando casi cualquier disciplina, pero eso no significa que lo hagas bien. Es más, en la mayoría de los casos te darás cuenta de que en cuanto llega alguien con una mínima preparación, te da por todos lados.

Este año se puede decir que estoy cambiando todo eso. Estoy en el club de atletismo entrenando 2 días por semana; también 2 veces por semana voy a clases de pádel, y asisto a clase de natación todos los viernes. También podría anotar los 2 ó 3 días de clase de esquí a comienzos de año.

Al final todos estos procesos de aprendizaje se reducen a lo mismo: tratar de que acabe asimilando la técnica concreta de cada disciplina (la técnica de carrera al correr, la importancia de la colocación del cuerpo y los pies al golpear a la pelota con la pala de pádel, o la coordinación entre brazos, piernas y respiración al nadar.)

Así que ando cual robot, intentando grabarme a fuego todos esos movimientos hasta que se conviertan en algo mecánico y que no los tenga que pensar. Es difícil, sobre todo cuando se tienen tantos vicios adquiridos con el tiempo, pero para eso doy clases. Son muchas cosas, pero soy una máquina, ¿no? ;-)

Cambios de ritmo

Ayer el entrenamiento estuvo bastante bien. Tras calentar un rato alrededor de la flamantemente repintada y parcheada pista, y estirar otro tanto, hemos hecho ejercicios con balón medicinal por parejas, y después Héctor nos ha propuesto hacer unos cambios de ritmo.

El ejercicio consistía en dar vueltas alrededor de la pista durante 15' de la siguiente manera: un minuto trotando y 100 m corriendo a intensidad alta; no a tope, pero fuertecito -como diría él-.
No he llevado la cuenta de cuántos cambios hemos hecho, creo que entre diez y doce. Yo me he mantenido delante con Pedro y Sebas. Ir con este último me ha ayudado bastante a mantener un buen ritmo y sobre todo hacerlo de manera constante. En las recuperaciones de 1' recorríamos aproximadamente 200 m.

Y al final ha sido unos días en los que acabo satisfecho, consciente de estar haciendo algo que me va a ayudar a mejorar.

¿Cuándo repetimos?