domingo, 23 de mayo de 2010

Maratoniano en Madrid. Mi primer maratón (II)

25 de abril. Maratón Popular de Madrid

Sigamos, que nos dan las uvas...

9:05. Cubrimos nuestro primer kilómetro. Aunque pueda parecer sorprendente, sólo tardamos 5'07" (netos, que habría que sumar 30" que es lo que tardamos en pasar por el arco de salida). Es lo que tiene correr por la Castellana...

9:10. Poco después de pasar por el kilómetro 2, ya nos cruzamos con los primeros del 10000. Grebeselassie va tan rápido y destacado que no me da tiempo ni de verle. ¡Vaya prisas!

9:17. Llega el momento de despedirnos de las camisetas amarillas (los que corren la de 10km) que doblan la esquina del Bernabéu para volver Castellana abajo. Nosotros seguimos a lo nuestro, Padre Damián arriba, todavía agrupados, aunque Pedro no se cansa de decir su ya característico "¡¡Tranquiiiiiiilos!!"

Poco más adelante, en el km 5 llega el primer avituallamiento: ¡cuidado con los tapones! No llevo malas sensaciones, pero hay un gemelo que está un poco tenso... uy uy uy...

Pasamos una zona un poco más fea, pero seguimos cómodos y a buen ritmo. José Luis y Pedro ya se han quedado atrás, mientras que Ángel hace mucho que se marchó en busca de sus objetivos. Quedamos en el grupillo Gabriela, Isabel, Javier -que empieza a quejarse de flato- y yo.

9:49. Ya hemos cubierto 10km, y el ritmo, aunque está un pelín por debajo de lo pensado, es bueno (Javier no opina lo mismo).

Rumbo a Cuatro Camimos. Mucha gente por Raimundo Fdez Villaverde, y el sol ya empieza a dejarse notar.

10:14 Se nos une Carlos, amigo de Javier y Gabriela (en la foto, el que está más a la derecha), que nos va a acompañar hasta el final. Ahora somos 5 magníficos, y yo ya estoy pendiente de que llegue el primer posible punto de encuentro con Ana.

10:17. Terminamos Guzmán el Bueno y desenvocamos en Alberto Aguilera. Pero no veo a Ana; bueno, pues nos veremos en Príncipe Pío -espero-.

En la calle Fuencarral hay bastante agua por el suelo, y aprovechamos las zonas de sombra antes de llegar a otro punto bonito: la centenaria Gran Vía. Ni que decir tiene que todos los avituallamientos vienen bien, y no perdono ni uno. También me he tomado alguno de los higos y orejones que llevo en la muñeca, que hay que cargar fuerzas.

10:28. Estamos en la Gran Vía, con un montón de gente animando. Un detalle: un corredor pide ser atendido por un voluntario que sobre sus patines lucha por echarle el Reflex, porque el corredor no quiere parar ni un segundo. No le entiendo.

10:30. En la calle Preciados otra multitud, y un marchador que lleva buen ritmo (en la foto, justo delante de mí). La Puerta del Sol ya está ahí.A partir de aquí otro tramo bonito: Puerta del Sol, calle Mayor, Bailén, pasamos frente al Palacio Real, mucha gente, buen ambiente, todo va viento en popa.


10:45. Después de pasar por el tempo de Debod y recorrer la calle Ferraz, por fin alcanzamos la mitad del camino. Media maratón, y las piernas ya se van notando; sólo queda la otra mitad...



De haberlo sabido...

Tal y como contaba en mi anterior zancada, el jueves tenía cita en una consulta privada en Villanueva de la Cañada para hacerme una ecografía muscular que confirmara de una vez por todas el alcance de mi lesión. Pensé que, como en la anterior ocasión, en 20 minutos poco más o menos estaría resuelto el tema. Eso creía, sí.

La consulta estaba dentro de un chalet con muy buen aspecto. En la puerta me recibió el médico que me atendió por espacio de hora y media; sí, lees bien, hora y media. Después de contarle lo que me había sucedido, y de contestar a algunas preguntas que me hizo, me tumbé en la camilla y me hizo una exploración bastante más detallada que las que me habían hecho los dos médicos que me vieron el sábado y el lunes. Las sospechas ya estaban confirmadas: rotura fibrilar en el gemelo interno de la pierna izquierda, por lo que la eco era puro formalismo; aún así me la hizo.

En todo momento me sentí cómodo; tanto es así que cuando me propuso colocarme unas cuantas agujas (resulta que además de médico es acupuntor y homeópata) no tuve ningún reparo, a pesar de que nunca me lo habían hecho. Tengo que decir que apenas me dolió; no puedo decir que fuera una experiencia gratificante, pero no estuvo mal.

Aparte, me recetó varios medicamentos homeopáticos que espero me sirvan para recuperarme mejor. Tengo que estar dos semanas sin hacer deporte, y pasado ese plazo volver a trotar. Me dijo que calcula que en una semana o diez días más estaré de nuevo haciendo deporte; el pádel, cuando esté plenamente recuperado.

La rabia es que esta clínica está concertada con la Mutualidad General Deportiva; de haberlo sabido, hubiera ido directamente sin pasar por aquella clínica cutre el lunes.

Ahora, a recuperarse.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Justo ahora...

Dicen que el hombre es el único animal que tropieza en la misma piedra. Supongo que no se dice por decir, y que una y otra vez nos encontramos con situaciones parecidas.

En mi caso, y en lo que tiene que ver con este blog, vuelvo a pasar por una lesión en el gemelo, después de algo más de tres años desde la anterior, que coincidió con mi feliz entrada en el club de atletismo de Majadahonda.

Como no podía ser de otra forma, la lesión no me la he hecho corriendo; de hecho, desde el maratón, por uno u otro motivo no había corrido más que para llegar a coger el bus o el metro, y todos mis esfuerzos se habían centrado en el pádel. Empiezo a recordar que hace tres años también fue un partido de pádel el que me acabó de romper el gemelo.

Otra vez es el gemelo de la pierna izquierda, que la semana pasada me estaba dando algún aviso en forma de tirantez, aunque no hice demasiado caso (tonto de mí). Eso, unido a jugar bastantes partidos de pádel en el plazo de una semana, y a no estirar apenas después de terminar, han hecho que me encuentre donde estoy, en el dique seco.

Nunca había sentido la famosa pedrada hasta el sábado pasado, cuando en la clase de pádel tuve que girarme para ver qué me había golpeado en el gemelo; evidentemente, no había ni piedra, ni pelota, ni nada de nada. La causa estaba dentro.

Fui al Pta de Hierro, a urgencias; digo fui, pero la verdad es que me llevó Ana. Allí la traumatóloga me exploró y rápidamente concluyó que era una rotura fibrilar. Vendaje compresivo al canto, hielo, ibuprofeno y paciencia, como ya suponía.

Aprovechando mi licencia con la federación madrileña de atletismo, el pasado lunes acudí a una clínica traumatológica de la Mutualidad General Deportiva, con la esperanza de que me dieran un diagnóstico algo más preciso que me ayudara a decidir si era o no conveniente seguir las recomendaciones de Valle, la fisio que va al club, de que las roturas hay que tratarlas con fisioterapia desde el principio. Pero fui a dar, oh mala suerte, con una clínica sin ecógrafo, y con un médico bastante malo, que se limitó a confirmar lo que ya me habían dicho el śabado. Tres euros de parte de accidente deportivo tirados (eso sin contar que la tarde del lunes la tiramos del todo Ana, la nena y yo).

En fin, que como no estoy yo muy seguro de nada, mañana voy a hacerme una ecografía muscular en Villanueva de la Cañada, para confirmar la gravedad de la lesión, y a partir de ahí veré qué hago, que nada tiene que ver con los planes que tenía para estas semanas (jugar partidos de cierto nivel en la despedida de la liga de pádel, correr alguna carrera este próximo fin de semana, y atreverme por fin con la duatlón de Valmojado el 5 de junio; todo a la porra).

Sólo me queda paciencia y poco más, porque ésta me la curo bien cueste lo que cueste.

lunes, 10 de mayo de 2010

Maratoniano en Madrid. Mi primer maratón (I)

25 de abril. Maratón Popular de Madrid

Pues sí, por fin llegó el gran día:

6:15 Arriba, que hay que prepararse, desayunar convenientemente, y salir rumbo al punto de encuentro (la pista de atletismo de Majadahonda). Últimos retoques, esa vaselina, todo listo... ¡¡allá voy!!

7:15 Me planto casi volando en la pista, donde habíamos quedado. Allí esperaba José Luis; Pedro llegó a la vez que yo, y luego lo hicieron Ángel, María Luisa, Javier, Gabriela; sobre la bocina aparecieron Isabel y Alberto. Nos distribuimos en coches y salimos rumbo a Madrid.

7:55 Aparcamos en la calle Lagasca. Nos preparamos todo, porque ya no volveremos al coche. Alberto saca la bici y la mochila. Nos va a acompañar durante todo el recorrido.

8:10 Vamos a ver si tomamos algo (los que quieran, porque yo no estoy para experimentos) y sobre todo a ver si evacuo un poco, que llevo un buen rato con ganas... Algunos toman café, té... yo no me la juego, y voy dos veces al baño.

8:30 Vamos, que nos vamos. Broma a Pedro, que ya se veía saliendo solo... nos dirigimos a la zona de salida. Gabriela, que participa en el campeonato de España tiene que pasar por el cajón de llamadas (como una profesional, sí señor). Eso nos retrasa un rato, con el consiguiente nerviosismo de Ángel, que no quiere colocarse muy atrás.

8:50 Ya estamos en el mogollón. A nuestra derecha, separados por vallas y cintas, los que corren la de 10km. Es un poco follón, esperemos que no haya mucho jaleo. ¡Suerte a tod@s!



9:00 ¡¡Allá vamos!!