viernes, 20 de julio de 2007

Ayudando...

Son muchos los días de entrenamiento, al menos en las últimas semanas, en las que tras el calentamiento inicial y los ejercicios de técnica de carrera, Héctor nos divide en grupos para que ayudemos a una determinada persona que está preparando tal o cual competición o campeonato.

Creo que ya decía en una zancada anterior que lo de ayudar es relativo; depende de a quién te toque ayudar y de qué manera. Cuando son Iñaki o Fernando, la cosa es complicada y no sé hasta qué punto ayudamos.

Esta semana le tocó el turno a María, que está preparándose para intentar bajar de 4 horas en el próximo campeonato mundial de maratón para veteranos que se disputará en Italia el próximo mes de septiembre.

El jueves de la semana pasada nos tocó echarle una mano con una serie de dos tres miles. Pedro, que aún anda calibrando su nuevo juguete -una especie de sensor que se coloca en el pie y se comunica con el pulsómetro- se encargó de llevarnos al ritmo que nos indicó Héctor. El problema fue que el ritmo no era el adecuado para María, y el primer tres mil lo acabó bastante mal, y echando pestes por la boca. En el segundo bajamos el ritmo, y se hizo mucho más llevadero. (el primero a 4'20" y el segundo a 4'50"-5'00")

El martes no nos tocó ayudar a nadie, y nos dedicamos a hacer dos bloques de 400, 300 y 200, con un minuto de recuperación entre serie y serie. Son distancias cortas, sí, pero se hace duro, la verdad. Miguel Ángel, que volvía con muchas ganas después de sus vacaciones, y un par de chavales que derrochan energía por su juventud marcaron diferencias.

Ayer jueves volvimos a la carga con María, esta vez con una serie de tres dos miles. Yo me declaro bastante inútil para marcar un ritmo constante, así que menos mal que estaban Miguel Ángel al principio, y Bryan al final para tirar de María. Yo me mantuve a su lado las dos primeras repeticiones; en la tercera dijo que prefería que fuera delante, así que hice de enganche entre Bryan y ella. Se hizo un poco duro lo de correr con el olorcillo de la barbacoa que estaban preparando justo a la salida de la pista. No es justo :o)

Se hace lo que se puede, y si sirve de ayuda para que consigan su objetivo, doy por buenos los entrenamientos.

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