martes, 16 de diciembre de 2008

Peripecias una tras otra

14 de diciembre. XXVIII Trofeo Akiles. Casa de Campo. Madrid.

Esto no es el relato de una carrera, sino un cúmulo de peripecias, como podrás ver:
  • Había quedado a las 9 en la pista para bajar con Javier, Gabriela y Nacho. Pues a las 8:45 fui a arrancar el Ibiza y dijo que no, que la batería ya había dado mucho de sí estos 7 años, y que ya estaba bien. Así que me tocó subir a casa y coger las llaves del Altea.
  • Llego a la pista y allí está Nacho. Esperamos un rato, pero Javier y Gabriela no aparecen. Le llamo y me dice que les ha fallado la chica que iba a cuidar de sus hijos y que ya viene él para la pista.
  • Casi a las 9:15 nos vamos a la carrera, nunca mejor dicho, en el coche de Javier. Con las prisas, cuando ya llevamos un rato, me doy cuenta de que no he cerrado el coche. Que sea lo que Dios quiera...
  • Javier va un poco nervioso. Ha tenido que echarse a suertes con Gabriela quién venía a la carrera. Encima había quedado a las 9:30 con un amigo que le iba a recoger el dorsal, vamos, que no llegamos ni de coña a la cita.
  • Nos acercamos hacia la zona de los restaurantes en la Casa de Campo, y ya hay bastante atasco para entrar... mal vamos, poco vamos a calentar.
  • Conseguimos aparcar en el pinar gracias al reducido tamaño del coche de Javier, que le permite meterlo casi en cualquier hueco, y nos vamos hacia la zona de salida. Ni rastro de su amigo, así que le toca correr con el chip de un tal Pablo no-sé-qué. Bueno, algo es algo.
  • Nos encontramos con Pedro, que ha venido por su cuenta, y calentamos un poquito hasta la zona de salida, que curiosamente es donde menos frío hace. Es lo que tiene el calor humano.
  • Salida multitudinaria, sin prisas. Buen ritmo y todos agrupados, sin hacer demasiado eslalom.
  • Pasamos el km 1 bastante más rápido de lo esperado, y empiezo a distanciarme de Nacho y Javier, que van a otro ritmo.
  • A partir del km 2, cuando empieza la subida a Garabitas, nos encontramos con el anunciado hielo. Cuesta un poco traccionar, pero no se va mal del todo.
  • Luego mantengo más o menos estable el ritmo, sin cebarme. La bajada tendida bastante bien, y como siempre en los km 7 y 8 tengo un cierto bajón e incluso pienso "el domingo que viene paso de correr en Cercedilla".
  • En el tramo final, en el penúltimo giro mucha gente acorta, pero yo opto por hacer las cosas bien. Allá cada cual.
  • Y al final, clásico esprint para ganar algunos puestos en los últimos metros.
Marca oficial 42'57", pero mi Garmin marca 42'40" en 9'450 km. Me doy más que por satisfecho, después de tanta peripecia.

Aquí dejo un enlace a un vídeo con mi llegada (llego con camiseta naranja por la parte de la derecha, cuando el reloj marca 42'57").

martes, 2 de diciembre de 2008

De montaña, vale; lo de media maratón...

23 de noviembre. X Media maratón de montaña de Jarandilla de la Vera. Cáceres

Fue ésta una de esas ocasiones en las que ser de un club de atletismo tiene sentido. No sé cómo, pero me convencieron para ir a correr una media maratón de montaña en Jarandilla de la Vera (Cáceres), y aprovechando la coyuntura, ir con toda la familia (Ana y Andrea, encantadas de la vida).

Así que nos juntamos unos cuantos al final. María se encargó de las inscripciones y la reserva del hotel en Cuacos de Yuste, a pocos kilómetros del lugar de la carrera.

Llegamos el sábado a la hora de comer y compartimos mesa con el resto: Ángel, María Luisa, José Luis, María Amparo, Nacho con toda su familia (Noemí, Pablo y Blanca), Alberto, Isabel, y dos amigos suyos. Vamos, un buen grupo. María y Alberto se unieron por la noche.



Hicimos un poco de turismo por Jarandilla (el parador es bien bonito) y Cuacos (pequeño pero con encanto) y nos fuimos a descansar, unos más pronto que otros.

La mañana se presentó soleada aunque muy fría. Desayunamos prontito casi todos los que corríamos, y nos dirijimos a Jarandilla para calentar un poco. Nacho y yo nos metimos en el coche con José Luis y María Amparo. Después de un par de vueltas pudimos aparcar y salir a calentar un poco.


La salida la hicimos desde bien adelante, aunque en cuanto empezamos a correr no hubo problema en que la gente con más prisa nos fuera pasando. Fui con Nacho los primeros kilómetros, a un ritmo que casi nos permitía ir charlando. Encima, siendo cuesta abajo... Había muy buen ambiente; alguno incluso se arrancaba a contar chistes.

El paso por los primeros kilómetros constató que la medición de estos no estaba muy bien hecha, al menos comparando con lo que indicaba no sólo mi Garmin, sino los GPS y podómetros de otros corredores. Y en esta tontería de si está o no bien medido, llegó la fatalidad.

Pasando por la marca del kilómetro cinco, en una zona medio asfaltada, me giré para confirmar con los que venían comentando por detrás que efectivamente los kilómetros estaban mal medidos. Tan pegado a la cuneta iba que se me fue el pie izquierdo y ¡zash! esguince que te crió.

Dolor, mucho dolor al principio, pero aún no llevábamos ni 5 km y no podía pensar en parar. Seguí corriendo para ver si en caliente el pie aguantaba. Tras unos metros en los que el dolor era bastante intenso, me fui encontrando mejor, así que seguí corriendo, aunque ya en la cabeza sólo tenía una palabra: esguince.

Comenzó a ponerse cuesta arriba el terreno, y me distancié de Nacho, que prefirió llevar un ritmo más bajo. Durante la subida nos cruzamos con dos hombres y una mujer con aspecto magrebí que bajaban andando, supongo que vieron complicado el tema de ganar y ante la perspectiva de no pillar premio prefirieron reservarse.

Subida por pista, bajadas, tramos con carretera, partes en las que nos encontramos con nuestros animadores, y ahí seguí, con dignidad, andando en algunos tramos y corriendo en otros. Tenía miedo de que al bajar se me fuera el pie y me acabar de fastidiar, pero fui con cuidado y aguanté bastante bien.

Más o menos en el 15 me junté durante un par de kilómetros con un corredor veterano de esta prueba, que me informó de que aún quedaba una subida jodidilla y la bajada, que no era tan agradable como uno puede pensar, y que me convenía guardar fuerzas, porque se sufría.

La subida se me hizo dura, pero la bajada fue más dura aún. Parece mentira, pero es así. Iba arrastrado y no hacía más que pasarme la gente, pero en el último kilómetro me vi bien y apreté para adelantar a unos cuantos. En mi esprint habitual de los últimos metros sólo pude oír a Ana animarme. Para otra ocasión queda pararme y entrar en meta con mi niña, como hicieron otros padres.

Al final 1h 38' 22", en poco más de 20 km que para ir con un esguince no está nada mal. En la llegada me entregaron una especie de ticket con mi tiempo y clasificación oficial, que siempre es de agradecer.

Hielo, ducha, cuidados de mi enfermera particular y vuelta a casa después de una media que no fue tal, y más dura de lo que nos pensábamos (y mira que María nos lo advirtió). Próxima cita de montaña: Cercedilla, el 21 de diciembre.

Aquí te dejo los datos que recogió mi Garmin.

Mira tú por dónde, soy pronador

Desde que empecé a correr más en serio y me compré mi primer par de zapatillas Mizuno pensaba que tenía pisada neutra. Al menos eso fue lo que viendo mis viejas Avia me dijeron en Ranning. Y en base a esa creencia me he ido comprando los siguientes modelos.

Pero mira tú por dónde hacía ya tiempo que de vez en cuando notaba molestias en distintas partes de la pierna izquierda, y andaba yo con la mosca detrás de la oreja. Así que me había informado alguna que otra vez sobre el tema de hacerme un estudio de la pisada.

Como el intento en Bikila no salió demasiado bien, lo dejé un poco aparcado, pero hace unas semanas, después de inscribirme para la San Silvestre Vallecana me llegó un mail en el que me ofrecían la posibilidad de hacerme un estudio gratuito, así que no perdí tiempo y me apunté.

Me dieron cita para el viernes 14 de noviembre en la planta de deportes de El Corte Inglés de Preciados. Y allá que fui.

Me tumbé en una camilla y el doctor me estuvo examinando los pies y preguntando si tenía algún problema. Yo le comenté lo de la zona izquierda. A continuación me puse sobre una placa para que me sacaran un gráfico de presiones, y después pasé a una cinta de correr. Nada más empezar a andar el doctor me dijo que era pronador "¿Cómo? ¡Pero si yo pensaba que era neutro!" Pues no, se veía perfectamente a través de una cámara que piso hacia dentro. Es una pronación media, que en principio con unas zapatillas con control de pronación se puede corregir.

Me dieron mi estudio de pisada, con muchos tecnicismos que no entiendo, una gorra chula de Nike, y me pasaron con un vendedor de Nike que me estuvo informando muy amablemente de los modelos más adecuados para mí. No me intentó convencer, cosa que agradecí, pero me resultó interesante conocer las Air Structure, que me probé, aunque no me convencieron del todo.

Así que nada, la próxima vez que compre zapatillas tendré que decir "soy pronador".


miércoles, 5 de noviembre de 2008

Próximas carreras

Pues parece que lo que queda para el fin de año va a estar movidito en lo que se refiere a mi participación en carreras, y después de unos meses en los que me he dejado ver poco, voy a volver a la carga.

Primera carrera a la vista, la media maratón de Jarandilla de la Vera (Cáceres) el 23 de noviembre. Nos vamos a juntar unos cuantos del club, y además se vienen mis nenas para animarme. Me apetece mucho correr una media de montaña, y ésta parece la ocasión perfecta.

Después es posible que estrene mi nueva condición de personal de la UPM en un cross universitario en Villanueva de la Cañada el 29 de noviembre. 6 kilómetros para soltar un poco las piernas por el campo, jeje.

Ya en diciembre la cosa viene fresquita. Primero, el día 14 toca el Trofeo Akiles, al que ya me he inscrito. Ya la corrí hace un par de años y aunque el año pasado no pude repetir, en éste pienso bajar mis más de 44' que hice entonces. Javier y Nacho ya me han dicho que también vienen.

El día 21 me espera la que ya empieza a ser tradicional cita con la Carrera de Navidad de Cercedilla. Otra vez a disfrutar de la montaña y del buen ambiente que siempre hay por allí, y con gente del club, espero.

Y para terminar el año, repito en la San Silvestre Vallecana. Ya me he inscrito, y aprovechando todo, el 14 de noviembre voy a hacerme un estudio gratuito de pisada. Mi intención para este año es hacer buena marca. Saldré desde el cajón de <42' , y espero que eso me ayude a marcar mejor tiempo.

No está mal para poco menos de dos meses ¿verdad? Por supuesto, aquí iré reflejando mis zancadas según las vaya completando.


viernes, 24 de octubre de 2008

Pardillano contento

4 de octubre. XVII Carrera Popular de Villanueva del Pardillo. Madrid.

Pues ya pasó. Un año más, y van 3, corriendo la carrera popular del que ahora es mi pueblo, Villanueva del Pardillo.

Como ya contaba en la anterior zancada, las últimas semanas me había dedicado a entrenar por el circuito, y aunque no las tenía todas conmigo, correr esta carrera empieza a ser una cita obligada. Qué menos ¿no?
La casualidad hizo que pudiera correr más descansado de lo previsto, pues al final no tuve la clase de pádel justo antes de la carrera. El día amaneció fresquito, pero despejado.

En la zona de salida me encontré calentando a bastante gente del club. Yo creo que teníamos la representación más numerosa. Siempre da gusto poder calentar con conocidos.

Está claro que correr con más gente hace que el ritmo varíe. Que me lo digan a mí, que hice el primer kilómetro en 3'56". "¿Dónde voy?" pensé, aunque no sentía que estuviera yendo tan rápido.

A partir de ahí sí que mantuve un ritmo más o menos estable, por debajo de 4'05"/km, intentando no cebarme ni con los que me pasaban, ni con los que tenía a la vista. En este sentido creo que corrí mejor que el año pasado.

La temida cuesta supuso que bajara el ritmo (4'20" en ese kilómetro) y que al terminarla algunos de los que venían por detrás me superaran. Aún así me mantuve bastante bien, y el último kilómetro fue realmente rápido para mí (3'42") gracias en parte a un súper sprint que me marqué en los últimos 400 metros, que me hizo adelantar algún puesto, y que provocó también que Ana no llegara a tiempo para sacarme una foto entrando en meta. Bueno, parte de la culpa de esto último la tuvo la ambulancia que se puso justo en medio.


De cualquier forma, terminé muy contento, con un tiempo final de 28'20" en un recorrido de poco más de 7km. El año que viene, más y mejor.




Mi carrera en cifras

jueves, 2 de octubre de 2008

Pardillano preparándose

Me apetece mucho correr la carrera de mi pueblo (Villanueva del Pardillo) Éste va a ser el tercer año que lo hago, y aprovechando los días de permiso por el nacimiento de Andrea he salido a rodar varias veces por el circuito del año pasado que según vi hace unos días va a mantenerse en esta edición.

Aunque oficialmente indica que son 8km, lo cierto es que me fío más de mi Garmin, que dice que son poco más de 7km. Al final, da lo mismo. El recorrido es el que es, y hay que recorrerlo entero.

No he hecho un entrenamiento específico ni nada similiar, ni tampoco tengo demasiadas pretensiones, pero sí me gustaría al menos mejorar o igualar el último test que hice el domingo pasado a un ritmo medio de 4'07"/km. A ver si no me pasa como el año pasado. Además, tengo el handicap de que ese día, de 9 a 10 tengo clase de pádel (en realidad era hasta las 10:30, pero como no me escape antes, malo).

La próxima zancada ya será la que cuente qué tal me fue.

Dejo aquí un enlace a mis entrenamientos-rodajes-tests de estos días sobre el circuito de la carrera:

(Los ritmos son según la calificación que establece el Garmin)

jueves, 4 de septiembre de 2008

Corriendo por la cara (dos fantasmas por Madrid)

31 de agosto. The Human Race 10km. Madrid

No, ni en broma pensaba yo correr esta carrera. ¿20€ por una carrera organizada por Nike al estilo San Silvestre pero en pleno mes de agosto?... uf, como que no.

Pero en éstas que me llegó Nacho unos días antes con la proposición de correr por el morro, porque un amigo suyo le había conseguido invitaciones... "Bueno, en ese caso, mira, igual me animo". Y me animé.

Primera edición y una previsión de mucha, demasiada gente para esta época del año. Más de 12000 corredores corriendo a eso de las 8 de la tarde por las calles de Madrid.

Esto de correr con invitación supone muchos cambios respecto a la rutina habitual. Para empezar, disponíamos de plaza de aparcamiento en la Casa de Campo, donde estaba la meta (el recorrido no era circular, partiendo del parque de El Retiro); todo un lujo llegar, aparcar y andando hasta el metro para que nos llevase hasta la salida. Ni que decir tiene que el metro estaba invadido de camisetas rojas.

Nacho se había encargado de recoger las bolsas con camiseta, chip, billetes de metro, etc. No acreditamos marca, así que nos tocó salir del último cajón (por encima de 60' o primera participación). Antes de darse la salida ya habíamos hecho cola para coger una botella de Powerade.

Como habíamos decidido tomarlo con calma no nos importó tardar 4' en pasar por debajo de la salida, momento en el cual pusimos el cronómetro a 0 y empezamos a contar.

Ritmo suave, charlando y disfrutando de las calles, del ambiente, de la gente animando. Muy tranquilos. Retiro, paseo del Prado, Cibeles, Puerta del Sol, Plaza Mayor y luego bajada junto a la Almudena hasta la Casa de Campo. Un lujo y un gustazo correr por todos estos lugares. Allí, junto al Palacio de Cristal terminaba la carrera. En el último kilómetro nos empleamos un poco más haciendo un poco de eslalom. Lo cierto es que el tiempo era lo de menos. Nos encontramos con algunos conocidos, nos lavamos usando unas toallitas que repartían en la multitudinaria llegada, y nos dirigimos con nuestro pase Vip (sí, pase Vip) al Telefónica Arena.

¿Qué tenía de especial la zona Vip? Pues tampoco creas que fue para tanto. Eso sí, bebida y comida gratis, y la posibilidad de estar cerca de figuras y personalidades del atletismo español (Odriozola, Chema Martínez, Jesús España, Antonio Reina, Sergio Gallardo...) Y una vista del concierto de Nena Daconte y La Quinta Estación poco habitual, desde detrás del escenario (mi amigo Ángel, de La Quinta Estación, estuvo un rato con nosotros antes de salir al escenario).

Como experiencia estuvo bien, pero creo que ni aunque vaya invitado repito. Aunque nunca se sabe... En cualquier caso, gracias, Nacho.

Enlace a lo que fue mi carrera según mi Garmin. (Lo de fantasmas es por lo borroso de las fotos)


martes, 2 de septiembre de 2008

Pues todo según se mire...

27 de julio. XXVI Trofeo San Lorenzo. Madrid.

Calentito como todos los años se presentaba el Trofeo San Lorenzo. A pesar de que se corre pronto, las fechas en las que estamos siempre prometen hacernos pasar calor, y lo que prometen lo cumplen.

Ana, con bichiya incorporada nos llevó a Pedro, Javier, Miguel Ángel y un servidor hasta la zona próxima a la salida. Mientras ella aparcaba nosotros fuimos a por el chip. Tengo que decir que el ir ya con dorsal desde casa es una ventaja a la hora de recoger el chip, ya que la fila es apenas inexistente, mientras que la gente que se sacó el dorsal por internet tuvo que esperar bastante más, lo mismo que yo el año pasado.

Tan bien se nos dio que nos sobró tiempo para calentar. Yo en mi caso estuve comprobando que mi flamante garmin estaba a punto para su primera carrera; algún momento de pérdida de recepción de satélites, pero en general todo listo.

Para salir nos colocamos ni muy delante ni muy detrás. Pedro me señaló a una corredora que conocía de vista de otras carreras, a la que tenía pensado seguir para llevar su mismo ritmo. Yo, que no sabía cómo me responderían las piernas después de los incautos 12 km del día anterior, decidí comenzar la carrera con ellos, previendo además la primera subida hacia la Puerta de Toledo. Buen ritmo, muy tranquilos, y foto de Ana por los pelos...


Ante lo incierto de mi estado físico decidí seguir una táctica más bien conservadora, y aunque a partir del km 2 ya me despegué durante la bajada de mis compañeros de salida, tampoco quise apretar demasiado, porque poco a poco se aproximaba la temible Cuesta de San Vicente, donde todos buscábamos como locos la sombra de los árboles. Ahí seguramente marqué mis ritmos más bajos, superando los 6'/km en algunos tramos.

A partir de ahí más o menos lo de otros años: turistas esperando entrar en el Palacio Real, cruce con la cabeza de carrera después de pasar el Viaducto, más o menos gente animando... y de repente veo a la amiga de Pedro que me adelanta. Miro hacia atrás buscándole, pero nada. La chica lleva buen ritmo, sí. Llega el avituallamiento de la calle Toledo, y la sigo viendo delante. Vuelta por el mismo camino (Viaducto, Bailén) para doblar por la calle Mayor, que pica hacia arriba rumbo a la Puerta del Sol.

El recorrido previsto continuaba por la calle de Alcalá, pero parece que al final lo han acortado un poco y tiramos por la Carrera de San Jerónimo, donde está el segundo avituallamiento que aprovecho sobre todo para refrescarme. A partir de ahí ya es bajada, y empiezo a apretar, que las bajadas son lo mío :-) Supero a la famosa chica de ritmo constante, y aumento el mío junto con la zancada.

Se nota que este año sólo había que ir de Neptuno a Atocha, y que había reservado fuerzas. Me sentía bien así que fui aumentando el ritmo, adelantando gente incluso en la puñetera cuesta del final. Llegué bastante bien, en 46'28". Mejor tiempo que el año pasado, aunque creo que no es real, porque está claro que la distancia este año fue menor (el GPS me marcó 10240 m). Curiosamente, con mejor tiempo, este año entré 9 puestos por detrás en la general. Lo que no he mejorado es mi primera participación, hace 2 años, donde bajé de 46'. Habrá que dejarlo para otro año. Éste al menos puedo decir que no sufrí...

(A partir de esta carrera empezaré a reflejar aquí los tiempos de paso por kilómetro, que para algo tengo juguetito nuevo...)
Aquí te dejo un enlace a lo que fue mi carrera...


Chof-chof

22 de junio. Cross Alpino del Telégrafo. Cercedilla (Madrid)

Madrugón para estar a las 7:30 en la pista, donde habíamos quedado con Nacho. La cita, el VII Cross Alpino del Telégrafo, con 17 km (8,5 subida y otros tantos de bajada) saliendo de la plaza del ayuntamiento de Cercedilla, y volviendo al mismo punto, previo paso por el alto del Telégrafo, en Navacerrada. A priori, muy buena pinta.

Con Ana, que venía de chófer, llegamos con tiempo suficiente para recoger el dorsal. En ese mismo momento nos entregaron la bolsa del corredor, que en relación a los 19 € que costaba la inscripción estaba bastante bien surtida (no sé qué tiene Cercedilla, que las bolsas del corredor siempre están bien). De fondo oíamos las instrucciones que se estaba dando a los corredores (no sabemos si del maratón alpino o del cross). El caso es que después de volver al coche a dejar las cosas y cambiarnos, nos dirigimos de nuevo a la zona de salida, donde calentamos un poco, estiramos, pasamos el control de dorsales, y nos dispusimos a tomar la salida. Allí nos encontramos con Carlos, del grupo de aventura, que ya había corrido esta carrera en otras ocasiones; se fue hacia delante pero nosotros, con objetivos mucho más modestos nos mantuvimos en la parte de atrás.

Salimos con cierto retraso, y mucho ánimo en el ambiente. ¡¡A subir!! Los primeros kilómetros me daban la sensación de no estar subiendo demasiado; alguna cuestecilla, sí, pero todo bastante suave. El primer avituallamiento lo aproveché para esperar a Nacho. Después de eso empezaron a aparecer tramos con algo más de pendiente que afrontamos con dignidad, y también -tal como nos indicó Carlos antes de salir- tuvimos que atravesar varios arroyos sin mirar mucho dónde poníamos el pie, porque el remojón estaba garantizado; y en cuanto los pies se secaban, chof, otro chapuzón. Nos acordamos del Gore-Tex que no incluimos al comprar nuestras Salomon, pero estuvimos de acuerdo en que no merecía la pena el gasto para algo así, en comparación al calor que pueden sufrir los pies.

A los 55' de carrera por zona boscosa tuvimos que empezar a hacernos a un lado porque ya venían de vuelta los primeros. Mucha prisa, mucha prisa, y el camino que se empezaba a empinar. El final de subida nos reservaba todo lo que no habíamos subido hasta entonces. Pasamos por la estación de Navacerrada, unas escaleras, y lo más duro, un tramo final que obligaba a hacerlo andando; una auténtica pared. Para entonces ya había dejado a Nacho atrás. Pasé por el control de dorsales en el alto del Telégrafo en 1h15' aproximadamente. Aproveché la bajada por la pelada pista de esquí para llamar a Ana y decirle que ya iba para abajo. Justo al final de la pista, junto a la carretera, en lo alto del puerto nos esperaba el avituallamiento sólido con toda clase de alimentos que entraban que daba gusto.

A partir de ahí comencé la bajada más dura. La primera parte era muy empinada y había que ir con cuidado y frenándose bastante. Aún así, como no tenía molestias de ningún tipo, pude bajar sin problema, uniéndome a algún grupo, adelantando a unos cuantos, y viendo cada vez más cerca la llegada. Antes de eso ya me había cruzado con los corredores escoba, así que salvo algún excursionista rezagado, no había problema en encontrarse gente de frente. Y a bajar todo lo subido...

El último avituallamiento (que era el mismo que el primero) vino bien para hidratarse y afrontar la última parte. Me veía con fuerzas y pasé a un grupo, pero en la bajada siguiente un par de corredores me volvieron a superar y ya me costó seguirles, así que de ahí en adelante, solo hasta la meta, que se hizo de rogar, ya que no entramos exactamente por el mismo sitio por donde habíamos salido, sino que hubo que dar un poco de rodeo. A pocos metros de la meta estaba Carlos dando ánimos a los que llegábamos, y casi en el arco de entrada Ana, cámara en mano, inmortalizó mis últimos metros. Al final, 2h04'14" y muy satisfecho por haber corrido esta carrera. Merece la pena.

Nacho llegó unos veinte minutos más tarde, con mucha dignidad. En resumen, una carrera muy recomendable, con buena organización y en un marco ideal.



Bien... a medias

15 de junio. XXII Trofeo San Antonio de la Florida. Madrid.

Un año después volvía a correr por segunda vez esta carrera de 10 km con el objetivo de mejorar la marca y demostrar que en este año había hecho progresos.

El día comenzó en lo meteorológico algo mejor que la edición anterior; aunque el cielo estaba bastante nublado y durante el camino cayeron algunas gotas, no parecía que nos fuéramos a encontrar con el chaparrón que el año pasado nos dejó calados hasta los huesos.

Antes de salir ya nos encontramos con la primera baja inesperada, la de Javier. Sus problemas de espalda le hicieron optar por quedarse en casa; una lástima, porque me apetecía hacer la carrera con él.

De esta forma sólo quedábamos José Luis y yo, con Ana ocupándose del tema logístico. Después de recoger nuestro dorsal y chip, y antes de la salida nos encontramos con Miguel Ángel (Maciá) y mientras yo esperaba a Ana ellos se fueron a calentar. Entre unas cosas y otras, nos reagrupamos un poco tarde, y yo apenas pude trotar un poco para calentar.


Junto con José Luis intenté colocarme lo más delante posible, aunque al final poco pudimos hacer.

La salida estuvo bien; iba tranquilo y procuré no cambiar de ritmo bruscamente. El hecho de recordar el circuito del año pasado ayudaba a regular fuerzas. El paso por el kilómetro 1 fue quizá demasiado bueno (4'12"). Intenté mantener mi ritmo, dejando pasar a unos, y pasando a otros, según el caso.


En los primeros kilómetros mantuve más o menos ese ritmo (por debajo de 4'15") y afronté la primera subida a la temible cuesta desde el Puente de los Franceses hasta el Paseo Camoens. Seguí con mi mentalidad conservadora, aunque a toro pasado quizá no lo fue tanto. Al final de la cuesta esperaba Ana dando ánimos. Aún faltaba la segunda vuelta.

Durante la primera había ido fijándome más o menos en cada tramo para regular fuerzas durante la segunda, pero una cosa es la cabeza y los planteamientos, y otra distinta son las sensaciones y, sobre todo, las piernas. Y éstas últimas decían que no, que hoy no era el día para hacer derroches. Toda la segunda vuelta fue un quiero y no puedo, una sensación de "me paro aquí mismo" y un ir bajando el ritmo a cada paso.

Antes de terminar la segunda subida empezó a salir el sol, y la verdad es que ya era lo que me faltaba, más calor. La contrarrecta de meta me recordó mucho a la del año anterior, salvo por la lluvia: yo medio hundido, deseando llegar a la fuente para girar y afrontar los últimos metros. Cuando pensaba en el típico sprint del final, la cabeza sólo me daba para pensar en 50 metros más o menos.

Pero al girar en la fuente empecé a apretar con el objetivo de bajar de 44'. Fui adelantando a unos cuantos corredores -como el año pasado- y terminé en el puesto 249 con un tiempo de 43'41", lo que supone más de un minuto por debajo del tiempo marcado el año pasado y 23 puestos por delante, que teniendo en cuenta que este año el número de llegados (1222) superó en casi 300 a la cifra del año anterior, no puede considerarse como un mal resultado, aunque tengo que reconocer que esperaba hacer mejor marca.

Pero buscando motivos, que no excusas, es fácil explicar lo sucedido: barbacoa el día anterior, pocos kilómetros rodados en las últimas semanas, donación de sangre sólo 4 días antes, y ausencia de algún compañero con el que mantenerse mutuamente el ritmo durante la carrera. Todo cuenta. Todo suma (y resta).

El domingo que viene, Cross Alpino. Se vislumbra mucha dignidad...

Mi nuevo juguete

Pues este año Ana se ha superado, y por mi cumpleaños me regaló un juguetito de aunténtico lujo: un Garmin Forerunner 405. ¿Y eso qué es lo qué es? Pues ni más ni menos que un bichejo con reloj, pulsómetro y GPS. He aquí una fotillo del susodicho:

Ahí está. Parece un reloj normal y corriente, pero resulta que es de lo último que ha sacado esta marca especializada en GPS y que ahora parece que quiere entrar con fuerza en este campo de los corredores.

Dada mi nula capacidad para llevar un ritmo constante y hacerme idea de qué ritmo llevo va a ser un instrumento imprescindible en mis entrenamientos y carreras populares. Recoge un montón de datos (ritmo, frecuencia cardíaca, distancia, altitud, datos medios, etc) que puede almacenar en el propio reloj y que más tarde se pueden pasar al ordenador para un análisis más detallado. Se pueden planificar los entrenamientos, guarda los recorridos realizados para luego poder verlos en Google Earth... vamos, lo que se dice una auténtica joya.

Ya te iré contando cómo le saco partido. Además, irás viendo en mis próximas crónicas tiempos por kilómetro ya no de memoria como hasta ahora, sino fiables 100%.

El hábito no hace al monje, pero favorece un montón...

martes, 29 de julio de 2008

Velcro: terror de la ropa técnica

Hasta hace sólo un par de años la expresión ropa técnica ni siquiera existía en mi vocabulario. Desde que empecé a tomarme más en serio lo de practicar diversos deportes (correr, montar en bici, jugar al tenis o al pádel, salir por la montaña...) es inevitable pronunciarla. Bueno, supongo que parte de culpa también la tiene el Decathlon, ¿no?

El caso es que sí, que la ropa técnica está muy bien. Transpira, aísla el sudor de la piel y es cómoda, sobre todo cuanto más nueva es. Está claro que el uso va deteriorando sus propiedades. Pero no sólo el uso.

Si miramos la composición de la ropa técnica veremos que en su mayoría se trata de fibras sintéticas (nylon, poliéster, etc) que en nada se parecen ni a la vista ni al tacto a las clásicas camisetas de algodón. El inconveniente que tienen es que en cuanto se enganchan estás perdido. Una rama, uñas mal cortadas, manos ásperas por la razón que sea, enganchones en la lavadora por no meterla en una red protectora... todo cuenta para destrozar esa maravilla del diseño y la tecnología textil.

Pero si hay algo realmente mortal para la ropa técnica es el velcro. A nadie se le escapa que el velcro es uno de esos inventos que todo el mundo consideraría a priori de lo más útil; quién no ha tenido alguna prenda que incluyera velcro, desde unas zapatillas a un abrigo, pasando por muñequeras, relojes, etc. Sin embargo no todo son ventajas, porque el velcro tiene, al igual que sus dos tiras, dos caras distintas: la amable y la despiadada.

Sí, despiadada. Si no, que se lo digan a la ropa técnica. Mientras entra en contacto con la cara suave del velcro no hay problema, todo son caricias pero, ay de ti como se encuentre con la parte áspera... despídete entonces de tu prenda técnica. Mención especial merecen las prendas que combinan el tejido técnico con el velcro: el desastre está garantizado.

Antes hablaba del Decathlon. Pues justamente tengo algunas prendas que combinan ambos materiales, con el trágico resultado que era de esperar. En especial tengo un cortavientos con el forro de rejilla que cada dos por tres se engancha en los velcros que sirven para cerrar tanto el abrigo como los bolsillos. Tanto estudio que hacen y ¿no se dan cuenta de estos detalles?

Sólo queda tener mucho cuidado y cruzar los dedos para que estos enemigos no se encuentren, porque aquí siempre gana el mismo...

jueves, 12 de junio de 2008

Día del club

1 de junio. VI Carrera contra el Sida. Casa de Campo (Madrid)

Igual que el año pasado el día elegido para celebrar la jornada del club se presentaba lluvioso; esto ya empieza a ser tradición.

La primera diferencia respecto al año pasado, la llegada al punto de encuentro -la pista del club-. Este año las caras eran conocidas y tenían nombre: Juanjo, Iñaki, Mari Ángeles, José Luis, Adrián, etc. No es lo mismo...

Miguel Ángel (Maciá) y José Luis se vinieron en el coche con Ana y conmigo. Llegamos casi una hora antes de la salida y fuimos a recoger los chips. Enrique ya nos había entregado en la pista nuestro correspondiente dorsal.

Bastante gente y escenario conocido: el mismo donde empezaba y terminaba el Trofeo Akiles, junto al lago de la Casa de Campo. Un marco incomparable para correr un ratillo, porque esta carrera no daba para mucho (menos de 5 km).

Después de sacarnos alguna que otra foto de grupo, Miguel Ángel (Maciá) y yo nos fuimos a dar una vuelta al circuito, de algo más de 2 km, para ir calentando. Un poco más adelante iban José Luis, Antonio y Teo; aceleramos un poquillo para cogerles, y completamos la vuelta tranquilamente (a eso de 6' / km) .


Un cuarto de hora antes de la salida ya había bastante gente colocada en la salida, así que nos resignamos a salir bastante atrás. Después de cantarle el cumpleaños feliz a Cristina nos preparamos para la salida, que en nuestro caso supuso unos 40" hasta que pasamos por el arco.

No iba yo con un tiempo concreto en la cabeza, aunque teniendo en cuenta el perfil más bien llano del recorrido, no quería subir mucho más allá de 18', así que en cuanto me fue posible cogí el camino de tierra que va a la izquierda de la ancha carretera por donde iba casi todo el mundo. Antes de pasar por el kilómetro 1 vi a lo lejos a Miguel Ángel y Juanma, que iban en bici apoyándonos, así que me propuse llegar hasta ellos. Justo cuando les iba a saludar vi que hablaban con María, que obviamente debió colocarse bien delante en la salida. Es algo que conviene ir probando en lo sucesivo, ya que te permite mantener tu ritmo desde el principio y no tener que ir sorteando corredores y acelerando, porque luego se paga.

Animé a María al pasar a su lado (con comentario por parte de Miguel Ángel acerca de mi suficiencia -que de verdad no fue tal-) y seguí rumbo a la marca del kilómetro 2, donde Ana esperaba para hacernos a todos una foto. Poco después, primer paso por meta y a empezar la segunda vuelta.

Pasé a un par de chavalillos que, como suele ser normal, se picaron durante unos metros conmigo y luego desistieron. Aunque luego el pique fue entre ellos, y el vencedor, que a la postre fue segundo clasificado en categoría infantil, se vino conmigo el resto del recorrido. En el kilómetro 3 pasé a Gracia, a la que también animé, aunque dudo mucho que salvo por mi camiseta supiera quién soy.

Fui dando ánimos a mi pequeño compañero, y cuando pasamos la marca del kilómetro 4 apretó y yo no pude seguirle; iba más pendiente de buscar con la mirada a Borja para que me sacara alguna buena foto en la llegada. Por poco me quedo sin foto...

Al final, 18'05", que teniendo en cuenta la demora a la hora de pasar por la salida, se quedan en 17'25" aproximadamente.

Después de la carrera nos juntamos en la pista para una barbacoa con abundante comida y buen ambiente. Así da gusto... A ver si el año que viene podemos correr la Liberty...

viernes, 30 de mayo de 2008

Próximas citas en junio

Tras unos meses de relativa tranquilidad, me dispongo a terminar "el curso" con tres carreras en el mes de junio, en las que voy a ir de menos a más, al menos en lo que a kilómetros y dificultad se refiere.

Este domingo celebraremos el día del club participando masivamente en la Carrera contra el Sida. Son algo menos de 5 km junto al lago de la Casa de Campo en un recorrido bastante llano. Últimamente estoy entrenando y rodando poco, así que mi rendimiento es toda una incógnita.

Dos semanas después, el día 15 volveré a correr el Trofeo San Antonio, la que el año pasado supuso mi estreno dentro del club. Tengo el firme propósito de bajar de los 44'46" que hice el año pasado, recién salido de la lesión en el gemelo, y bajo una lluvia que nos acompañó sobre todo en la segunda vuelta.

Por último, el día 22 tengo intención de volver a correr una carrera de montaña, el Cross del Telégrafo. Para ello tengo que darme prisa este próximo lunes, que es cuando abren la inscripció, porque según cuentan, los 300 dorsales disponibles vuelan.

A finales del mes que viene haremos recuento.

sábado, 17 de mayo de 2008

De montaña (y de las buenas)

11 de mayo. II Memorial Fernando García Herreros (Bustarviejo)

Después de unos días de agujetas, toca recordar la que para mí ha sido hasta ahora la carrera de montaña de mayor duración.

Hace unos días Nacho me propuso que fuera con él a correr esta carrera en Bustarviejo. No estaba yo muy convencido, sobre todo viendo el perfil, pero al final me animé.

Impresiona, ¿verdad? Eso mismo pensé yo pero, ¡qué demonios! Alguna vez tiene que ser la primera que me enfrento a algo así, y además ir con Nacho es garantía de sobre todo no pasarlo mal.

La primera sorpresa, en la pista del club, donde habíamos quedado para ir juntos. Allí esperaba Pedro, al que al final había convencido también Nacho, para aprovechar el dorsal de un amigo que al final no podía venir.

Así que con este cambio de personalidad nos marchamos rumbo a Bustarviejo. Tras alguna indecisión en la ruta, llegamos a nuestro objetivo. Muchas nubes e incertidumbre respecto a qué indumentaria llevar durante la carrera.

Pedro (a efectos de la organización, Tomás) se encontró con varios conocidos, y nos preparamos para la salida desde la plaza del ayuntamiento. No demasiados corredores, ambiente familiar, control de dorsales, últimas instrucciones, y a por ello: 20 km por delante; tiempo estimado: unas 3 horas.

Comenzamos tranquilamente el ascenso hacia el primer avituallamiento, que alcanzamos al cabo de minutos. Vasitos con agua o acuarios diluido, y a seguir subiendo. Son caminos estrechos y entre matorral, nada que ver con pistas forestales.

Y de repente empezamos a bajar. Bajada técnica anunciaba el itinerario ¿Y eso qué es lo que es? Pues la bajada más dura que recuerdo. Un cortafuegos estilo pista negra de esquí que nos deja los cuádriceps reventados. Yo, como bajo bastante mejor que mis compis, me adelanto un poco y les espero abajo.

Desde ahí tomamos respiro durante unos minutos, y justo antes de empezar otro nuevo ascenso llegamos al segundo avituallamiento, que esta vez incluye alimento sólido (gajos de naranja y galletas de chocolate). Empezamos a ascender por un camino más ancho, y tras parar un momento para descargar líquidos, formamos grupo con un portugués que ya nos acompañará durante lo que resta de carrera.

Seguimos la subida hasta alcanzar el tercer avituallamiento, donde oímos que los primeros ya han llegado (en 1h 37') Pero esta gente ¿está loca o qué? Ni que decir que las vistas a lo largo del recorrido son espectaculares.

Una nueva bajada, esta vez más suave, y tras recibir las únicas gotas de lluvia en todo el recorrido, comenzamos un nuevo ascenso, el último, hasta el pico Mondalindo, que da nombre al club de montaña organizador de la carrera (en memoria de uno de sus miembros, gran corredor de carreras de montaña, fallecido hace un par de años en accidente de tráfico)

En el Mondalindo nos esperaba el último avituallamiento antes de comenzar el descenso hacia Bustarviejo. Pedro se adelanta, y yo salgo a su caza y captura. En pocos metros le adelanto y me lanzo hacia los últimos kilómetros. Esta última bajada transcurre por caminos estrechos y con mucha piedra, lo cual no deja indiferente a mis ya castigados cuádriceps. Incluso estoy a punto de caer un par de veces; las piernas ya no se levantan tanto al cabo de más de 2 horas y media.

Finalmente termina lo más duro del descenso y llego a una zona de caminos de tierra anchos, que da gusto recorrer. Últimos metros, y llegada de nuevo al punto de partida, donde nos espera el maná en forma de acuarius, sándwiches, cacahuetes, gajos de naranja, galletas de chocolate, y lo que me quisieran poner por delante, porque todo entra. Mi tiempo final 2h52'04", aunque es lo de menos porque lo importante no es el tiempo sino disfrutar de la carrera. Y a fe que lo hice.

A los pocos minutos aparecieron nuestro compañero portugués, Pedro-Tomás, y por último nuestro encantador de serpientes, Nacho, con la dignidad que le caracteriza en estas carreras. Conclusión: ha merecido y mucho la pena correr esta carrera, y seguro que algún año volveremos por aquí.

domingo, 20 de abril de 2008

Todo unos

20 de abril. XII Carrera Popular de Colmenarejo.

Pues aquí estoy de nuevo, vuelta a los inicios. Dos años después, a correr la Carrera Popular de Colmenarejo.

Aunque la previsión anunciaba lluvias, lo cierto es que las nubes se han puesto de nuestro lado abriendo un enorme claro que nos ha acompañado durante toda la mañana. El viento, eso ya es otro cantar, pero no se puede tener todo...

Ana y yo hemos llegado casi con el tiempo justo de coger mi dorsal. Antes de eso nos hemos encontrado con Antonio y Teo, los otros corredores del club que participaban en la carrera. Al final el superpresi, Chema, no ha podido venir. Lástima.

Antes de empezar a calentar he decidido probar una muestra de gel precalentamiento que me dieron en no sé qué carrera. La verdad es que no he notado nada especial. Hemos calentado los tres mosqueteros por la pista, y con un poco de retraso se ha dado la salida.

Si bueno es correr con conocidos, es cierto que a veces tiene sus inconvenientes cuando los objetivos no coinciden, como en este caso. Me he puesto con Antonio y Teo demasiado atrás, por lo que he tenido que ir adelantando posiciones por las calles exteriores de la pista. No he querido cebarme, pero tampoco quería quedarme muy atrás.

Tras salir de la pista hemos tomado un tramo de asfalto en bajada, pero enseguida ya estábamos tocando campo. Algunos charcos, sí, pero menos barro del que cabía esperar. Primer kilómetro en 4'06" aproximadamente.

Casi enseguida el primer repechillo para ir poniéndonos en nuestro sitio. Subo bien, y sigo sin cebarme, que aún queda mucho. Ana me pilla cámara en mano antes de coger la carretera al Pardillo. Kilómetro 2 en 8'12".

Este tramo es suave y veo como un chaval me pasa no sólo a mí sino a bastantes que van por delante con una soltura que da miedo. A menos de dos kilómetros de meta le volví a ver parado, no sé si con un esguince o qué.

Dejamos el camino del Pardillo y volvemos a los caminos de tierra, bajando entre árboles. Madre, que todo lo que se baja luego hay que subirlo. Kilómetro 3 en 12'41" y 4 en 16'48".

Intento no pensar mucho en ello, pero soy consciente de que no he recuperado del todo mis piernas después de la subida al Piélago. Después de las agujetas de principios de semana, entrenamiento, un solo día de pádel (menos mal) y la piscina el viernes, noto que mis piernas no van todo lo bien que desearía. Kilómetro 5 en 21'12" (creo)

Los últimos kilómetros, como siempre, son de un cierto bajón. Me pego a un corredor que no lleva mal ritmo, pero sin pasarle, porque además me quita algo de viento. El kilómetro 6 ya es por asfalto y, la verdad es que no sé ni qué tiempo llevo. Comienza una ascensión que debería sonarme, porque es el tramo que hemos bajado al principio, pero estoy un tanto desorientado, la verdad.

Me quedo un poco en la subida, pero mantengo distancias, y veo por fin el portón de entrada a la pista. ¿Ya estamos? Me ha pillado por sorpresa. No noto que venga nadie detrás, y Ana ya me espera a la entrada para sacarme una fotillo (pincha la foto para ver la cara de no ir demasiado fino que tengo; sin comentarios de la mano izquierda).

Pero entro en la pista y pienso que sólo quedan 300 metros. Empiezo a apretar progresivamente. Adelanto a uno justo antes de la última curva, y sigo, sigo. Enfilo los úlitmos 100 y adelanto a mi parapeto de los últimos kilómetros, pero no me quedo ahí y hago el último esfuerzo para pasar a otros dos corredores más, uno de ellos sobre la línea de meta (aquí el vídeo, aunque casi no se me ve)

La novedad de esta carrera es que no hay chips sino que el dorsal lleva un código de barras, así que al llegar a meta nos leen y al momento sale una pegatina con nuestro tiempo y puesto: 31'41" (no es un tiempazo, pero el perfil era bastante irregular). Puesto ¡41 de la general y 21 de senior! No está nada mal.


Al cabo de un rato de esperar a Teo y a Antonio noto que los gemelos se empiezan a quejar, así que me acerco al polideportivo, donde dos alumnas de primero de fisioterapia me dan un estupendo masaje. Un buen colofón para una estupenda mañana.

domingo, 13 de abril de 2008

Menuda subidita (y menuda bajadita)

13 de abril. Cross subida al Piélago. Hinojosa de San Vicente (Toledo).

Estavez la cita era en Hinojosa de San Vicente (Toledo). XIX Cross subida al Piélago. 13'5 km en total. Los 6'5 primeros de subida con pendiente media del 10%, y el resto del recorrido consistía en bajar por el mismo camino.

Cielo bastante despejado, con algunas nubes, y temperatura algo fresquita, lo que nos obligó a Teo, Cristina, Pedro y a mí a tomar algo calentito tras recoger el dorsal. Buen ambiente en la plaza del pueblo, donde ya se estaban celebrando carreras de otras categorías inferiores.

Algo más de 150 inscritos que salimos puntualmente después de calentar un poco por el primer tramo del recorrido que, como ya se esperaba, era de continua subida con algunos tramos de falso llano. Primer kilómetro en poco más o ménos 5 minutos y medio.

Hasta el kilómetro 4 me marqué un ritmo constante sin cebarme con los que me pasaban o iba cogiendo. En ese punto decidí no hacerme el valiente y alternar tramos andando y corriendo que compartí entre otros con una chica que luego me enteré que quedó tercera en categoría femenina.

Al paso por el 5 el reloj marcaba 30'; no me había puesto metas, así que iba bien ;-) aunque mejor iban los primeros de la carrera, que a esas alturas se cruzaron conmigo. Yo, con kilómetro y medio por delante hasta la subida y ellos, a sólo 5 km de la meta. Dos keniatas separados por apenas 20" encabezaban el rosario de corredores que a partir de ese momento no dejé de cruzarme. Los últimos metros hasta la subida los hice corriendo, y tras dar un inesperado rodeo en la pradera que marcaba el fin de la ascensión, bebí un poco de agua y comencé el descenso.

Igual que en la subida, decidí no cebarme; cada cual baja a su ritmo, y yo tengo el mío. A la altura del km 6 (para los que subían) me crucé con Pedro, y un kilómetro más allá, con Teo y Cristina. ¡¡Ánimo chicos!!

Las vistas, con el pantano de Cazalegas al fondo, espectaculares. Una de las cosas buenas de estas carreras, sin duda.

Después de quemar kilómetros a ritmos soñados, decidí no cagarla como en Cercedilla y viendo que iba bien de fuerzas esprinté los últimos 200 metros, dejando atrás a un corredor que en los últimos kilómetros me había precedido en apenas unos pocos metros. La llegada a la plaza del pueblo oyendo mi dorsal, nombre y procedencia por la megafonía, ¡espectacular!

Un tarro de miel y una figura de cerámica no son el único recuerdo de esta carrera, ni tampoco las agujetas que siento al día siguiente. Me llevo conmigo un ambiente estupendo, en una carrera que podría decirse minoritaria, pero de las que yo al menos recomiendo correr de vez en cuando, porque son en las que da gusto participar. Y el domingo que viene, otra en Colmenarejo; vuelta a los inicios.

Tiempo final por debajo de 1h 03' (esperando la clasificación oficial).
(18/04/2008) Por fin están los tiempos oficiales: 1h02'08" a menos de 20' del primero. Puesto 63.

viernes, 11 de abril de 2008

Mecanizando

Desde pequeño he practicado deportes. En algunos he competido (fútbol sala, fútbol, baloncesto, balonmano, atletismo) y otros los he practicado por gusto con amigos (tenis, pádel, natación, voley, esquí...)

Salvo en el caso del baloncesto, que practiqué varios años comenzando en una especie de escuela antes de entrar en un equipo, el resto los he ido aprendiendo sobre la marcha. La consecuencia de esto ha sido que practico o he practicado muchos deportes, pero no sé jugar bien a ninguno.

Y es que es así: a poco que tengas ciertas aptitudes para el deporte, puedes encontrarte practicando casi cualquier disciplina, pero eso no significa que lo hagas bien. Es más, en la mayoría de los casos te darás cuenta de que en cuanto llega alguien con una mínima preparación, te da por todos lados.

Este año se puede decir que estoy cambiando todo eso. Estoy en el club de atletismo entrenando 2 días por semana; también 2 veces por semana voy a clases de pádel, y asisto a clase de natación todos los viernes. También podría anotar los 2 ó 3 días de clase de esquí a comienzos de año.

Al final todos estos procesos de aprendizaje se reducen a lo mismo: tratar de que acabe asimilando la técnica concreta de cada disciplina (la técnica de carrera al correr, la importancia de la colocación del cuerpo y los pies al golpear a la pelota con la pala de pádel, o la coordinación entre brazos, piernas y respiración al nadar.)

Así que ando cual robot, intentando grabarme a fuego todos esos movimientos hasta que se conviertan en algo mecánico y que no los tenga que pensar. Es difícil, sobre todo cuando se tienen tantos vicios adquiridos con el tiempo, pero para eso doy clases. Son muchas cosas, pero soy una máquina, ¿no? ;-)

Cambios de ritmo

Ayer el entrenamiento estuvo bastante bien. Tras calentar un rato alrededor de la flamantemente repintada y parcheada pista, y estirar otro tanto, hemos hecho ejercicios con balón medicinal por parejas, y después Héctor nos ha propuesto hacer unos cambios de ritmo.

El ejercicio consistía en dar vueltas alrededor de la pista durante 15' de la siguiente manera: un minuto trotando y 100 m corriendo a intensidad alta; no a tope, pero fuertecito -como diría él-.
No he llevado la cuenta de cuántos cambios hemos hecho, creo que entre diez y doce. Yo me he mantenido delante con Pedro y Sebas. Ir con este último me ha ayudado bastante a mantener un buen ritmo y sobre todo hacerlo de manera constante. En las recuperaciones de 1' recorríamos aproximadamente 200 m.

Y al final ha sido unos días en los que acabo satisfecho, consciente de estar haciendo algo que me va a ayudar a mejorar.

¿Cuándo repetimos?

domingo, 30 de marzo de 2008

Primer asalto: k.o.

30 de marzo. X Carrera Intercampus. 10 km, Leganés - Getafe.

El título lo dice todo: el primer intento de bajar de 40' en los 10 km. no ha tenido el final esperado.

Pero no es ninguna sorpresa, la verdad. Normalmente se recoge lo que se siembra, y en este caso tengo que decir que la norma se ha cumplido. Además, en esto del atletismo no hay fórmulas mágicas, ni basta con imaginarlo. Los resultados son, como mucho, tan buenos como haya sido la preparación.

Así que voy a dejar de autocompadecerme, que ya está bien, y te cuento cómo ha sido mi primera experiencia en la Intercampus, objetivos no cumplidos al margen.

Hemos llegado a eso de las 9:15 a la zona de salida, en Leganés. Mucho ambiente, mucha gente, y algo de desorganización, por lo menos en el tema de recogida de dorsales. No parece demasiado lógico que hubiera sólo dos filas para tanta gente. La espera ha hecho que apenas tuviéramos tiempo para calentar. Olvidaba decir que hemos ido juntos Pedro, Javier, Miguel Ángel y yo. Nos hemos encontrado con Teo, que venía a correr sin dorsal, pero justo antes de la salida le hemos perdido. Aparte, Guillermo y Valentín, ex compañeros de trabajo, me han visto y se han acercado a saludarme. Es una alegría encontrar a gente conocida.

En la zona de salida hemos intentado colocarnos lo más adelante posible. Mucha gente, poco espacio y Miguel Ángel con la sensación de "mal empezamos", porque va a ser inevitable perder unos cuantos segundos hasta que pasemos el arco, hagamos un poco de eslalom adelantando gente y podamos empezar a llevar nuestro verdadero ritmo.

Primero salen los universitarios, y muy poco después, el resto. Es poco después de abandonar el recinto de la universidad cuando pienso por primera vez en el objetivo que me ha traído a esta carrera: bajar de 40'. Eso da una idea de lo (poco) mentalizado que vengo...

La primera parte es una bajada no demasiado ancha, lo que unido a la cantidad de gente que hay hace que aumente un poco la ansiedad y el ritmo no sea el deseado. A pesar de eso, el primer kilómetro, cuya marca no veo, lo pasamos en unos esperanzadores 3'44".

El camino se empieza a despejar y tomo la iniciativa. El paso por el km 2 nos mantiene en los objetivos (7'33").

Y hasta aquí las buenas noticias. Nos mantenemos agrupados Miguel Ángel, Javier y yo, pero esos 30" que habíamos cogido se empiezan a diluir kilómetro a kilómetro. Pasado el kilómetro cuatro nos cruzamos con la cabeza de carrera. Es una zona de nuevas construcciones, con avenidas anchas pero no demasiado lisas. Son pequeñas subidas y bajadas que se alternan rompiendo un poco el ritmo. Si a eso le añadimos que en las subidas el viento lateral se deja notar más, apaga y vámonos.

Y para rematar la faena, pasado el kilómetro cinco mi flamante pantalón corto me empieza a rozar la entrepierna de lo lindo. Desde ese momento hasta el final molestias continuas y un ritmo por encima de los 4' el kilómetro. En el km 5, si no íbamos por encima de los 20', poco nos faltaba.

Antes del km 8, una subida muy pronunciada donde mantengo el ritmo; en la bajada, según me contará después Miguel Ángel, empiezo a distanciarme. Javier y él piensan que quizá todavía pueda alcanzar el objetivo, pero de fuerzas ya voy justito, y el dolor de la rozadura empieza a ser muy molesto.

Paso por el 9 bastante por encima de 36': misión imposible. Aún así, intento acabar lo mejor posible. No sé lo que aún me espera.

La parte final del recorrido es una sucesión de rectas con giros de 90 grados que hacen imposible saber realmente cuánto falta para llegar. Me cebo con otro corredor en una recta y al doblar y no ver la meta, me vengo abajo. Bajón de los gordos. Me pasa mi "rival" y varios corredores más. Voy literalmente arrastrado, vencido. Aún así, aprieto en los últimos 150 m y consigo adelantar a una sorprenedente corredora unos metros antes de la meta. Paso por la alfombra de meta en 40'48". Tiempo oficial: 40'55".


Conclusión, me siento un poco decepcionado por no lograr el objetivo, pero siendo objetivo no es una sensación real porque una meta tan sólo pensada, no trabajada, no es una meta. Toca planteárselo de verdad; entonces sí que podré juzgar los resultados. De aquí a fin de año, lo consigo. Fijo.

Aquí el enlace al vídeo de mi llegada (en el reloj de meta llego en 40'48"). Apenas 3" después llega Miguel Ángel.

Próxima cita: 13 de abril, Cross subida al Piélago.

lunes, 17 de marzo de 2008

Media a medias

16 de marzo. XXVIII Media maratón de Ciudad Universitaria.


Antes que nada, tengo que aclarar que aunque la carrera que corrí este domingo era una media maratón, tenía truco: una de las características particulares de esta carrera es que transcurre por un circuito de unos 7 kms al que se puede dar una, dos o tres vueltas a gusto del corredor. Vamos, que el que no quiera correr una media maratón puede quedarse en la primera o segunda vuelta sin ningún problema. El tiempo queda igualmente registrado y no pierde el derecho a recibir la bolsa del corredor.

Bueno, tras esta introducción, vamos al tema. Habíamos quedado unos cuantos en la pista del club para bajar juntos a la carrera. Pero por uno u otro motivo me encontré que no apareció nadie a la hora acordada, y después de esperar un rato me bajé yo solo.

Después de aparcar en Moncloa me fui a recoger el dorsal y el chip. Mucho ambiente en la zona de salida (glorieta del Cardenal Cisneros) y mucha espera. Vi a Abel y a Antonio -su hermano- y quedamos en encontrarnos en el otro punto de encuentro que teníamos la gente del club. Como tardé tanto en sacar el dorsal, me bajé directamente a dejar mis cosas en el ropero (muy bien organizado) y ya dispuesto subí tranquilamente a la zona de salida; si encontraba a alguien, mejor, y si no pues no pasaba nada.

Pero sí, me encontré con algunos del club (Abel, Antonio, Iñaki y María) Abel y Antonio iban a correr 14, lo mismo que yo. A pesar de lo que decía Iñaki ("¿qué voy a correr? pues la media; para eso hemos venido, ¿no?") yo lo tenía claro, y con la vista puesta en el día 30 no estaba yo para hacer una media. Y eso que el día acompañaba, y mucho, y no faltaban las ganas de hacerse los 21 km.

Pero no, no era ese el plan, y no me apetecía variar sobre la marcha. Me mezclé con el resto de corredores, cerca del arco de salida, y a eso de las 10:02 salimos escopetados calle Juan de Herrera abajo. Una bajada muy cómoda, ancha, al final de la cual vi que llevaba unos metros por delante a Abel. Me puse a su lado y ahí me quedé, pensando que me sería de ayuda para mi propósito de ir de menos a más, haciendo una primera vuelta más de reconocimiento y conservando, para luego echar el resto en la segunda. Siempre con el objetivo de bajar de una hora.

Un poco antes de llegar al km 1 (4'15") ya estábamos subiendo. Tras pasar el primer kilómetro de nuevo bajamos, otra vez subimos y llegamos a una zona más conocida y llana. Los primeros kilómetros los completamos a una media de 4'20", y bastante cómodo. Antes de llegar al Anatómico Forense ya nos estábamos cruzando con los primeros. Una nueva subidilla suave, bajada antes del km 3, media vuelta, rodeo por la zona de la facultad de Farmacia, y enfilamos la avda Complutense en dirección a Moncloa. Entre el km 4 y 5 llega el primer avituallamiento, antesala de la temida subida al faro de Moncloa; a pesar de que le digo a Abel que nos lo vamos a tomar con calma, me veo bien y empiezo a irme poco a poco.

Bajamos hacia la zona de salida, y justo antes toca rodear el estadio por detrás. Este tramo es también desconocido, y termina en una subida por la misma calle por la que bajamos al comienzo. Después de unos metros sin pendiente para recuperar llega la primera decisión: entrar para completar 7 km o continuar para la segunda vuelta. Por la alfombra de paso de la primera vuelta el reloj marca 29'15, así que voy dentro del objetivo y dispuesto a apretar en la segunda vuelta, que comienza en descenso después del segundo avituallamiento.

Mirando al frente, a unos 80-100m veo a Pedro (qué calladito se lo tenía). Andaba yo mosqueado con él, así que poco después de pasar por el 8 le adelanto sin decir ni mu. Parece que él tampoco me ha visto. Yo a lo mío. Mantengo el ritmo y al llegar al km 10 el reloj marca 42'32", así que el objetivo está al alcance de la mano. Tercer avituallamiento y segunda subida al faro. Me reservo un poco, que aún me quedan un par de kilómetros de tobogán. En la bajada del faro me cruzo con Pedro (no me ve) y poco después cambio saludos y ánimos con Abel ¡¡vamos, que ya queda poco!!

Sigo la bajada a buen ritmo, adelantando a algunos corredores, y comienzo las dos últimas cuestas arriba con bastante energía pero sin cebarme. Me desvío para no seguir hacia la media maratón y mantengo el ritmo hasta que llego al estadio; llevo a un corredor por delante y más allá a un par de chicas. Ya sólo me faltan poco más de 200 m. Aprieto, aprieto, aprieto, les paso y al final llego en 58'39". Objetivo cumplido.

Después me encuentro con la gente del club y cambiamos impresiones. La mía no puede ser mejor: encantado del día, del circuito, de la carrera, de mi marca... ¿cuándo repetimos?

lunes, 3 de marzo de 2008

Probando zapatillas

El pasado martes durante el entrenamiento en el club tuve la oportunidad de ser cobaya por una hora. El motivo, una prueba de zapatillas, cortesía de Nike.

Justo al comienzo del entrenamiento llegaron dos chicas cargadas con unos clasificadores de tela repletos de zapatillas de correr de la marca Nike. Yo nunca había visto nada igual, pero Nacho, que sí que debía conocerlo, me dijo de qué iba la historia.

Se trata de utilizar durante el entrenamiento habitual un par de zapatillas de entre los modelos que traen, y al finalizar rellenar un cuestionario con la opinión general sobre las mismas.

Presentaban tres modelos, fundamentalmente de rodaje. Yo cogí las Pegasus, que eran las únicas claramente neutras. Tengo que decir que son las primeras Nike de corredor que me calzo desde que empecé a tomarme esto un poco más en serio, así que iba completamente a ciegas, si bien es cierto que sentía curiosidad. Bueno, ahora que lo pienso, sí me había probado algún par alguna vez en Decathlon, pero creo que eso no cuenta a efectos prácticos.

Empezamos a rodar con los nuevos neumáticos. Lo primero que noto es mucha amortiguación, y lo siguiente es la sensación de poco agarre en la parte trasera del pie: esa sensación de que se me va a salir la zapatilla mientras corro; es posible que no me haya apretado bien la zapatilla.

Efectivamente, mientras estiramos me ajusto bien los cordones, y esto ya es otra cosa, aunque no diré que la sensación desaparece del todo.

Después de un poco de preparación física, balón medicinal y técnica de carrera, llega el momento de poner realmente a prueba las zapatillas: tenemos que hacer 4'-3'-2'-1' aumentando el ritmo cada vez, y descansando 1 minuto entre cada intervalo, y después de otros 3' de descanso, desandar lo andado, es decir, 1'-2'-3'-4' disminuyendo el ritmo. Cogemos hierba dentro de lo posible, y algo de pista.

La verdad es que no van nada mal las zapatillas estas. Evidentemente, no son rápidas, son para rodar, pero me siento cómodo en los intervalos. Hacemos todos por debajo de 4'/km (voy con Javier y Pedro; a Miguel Ángel le han castigado a ir con la élite -Antonio, Sebas y compañía- haciendo 3x600m a ritmo de 1'05" el 400m)

Al final nos espera la encuesta, una bebida y una barrita energética. En resumen, una buena experiencia. Lástima que tengamos que devolverlas...

jueves, 14 de febrero de 2008

Objetivos a la vista

Una vez cumplido uno de los objetivos para este año (correr mi primera media maratón), hay que seguir adelante.

Ayer me apunté para correr la Intercampus el día 30 de marzo. Javier y Miguel Ángel también se han inscrito, y nos hemos conjurado para bajar de los 40'. El recorrido parece más que favorable, así que allá vamos. Hay tiempo de sobra para ir preparándolo, aunque sin dormirse en los laureles.

Mientras tanto, creo que hasta el 16 de marzo no correré ninguna otra carrera. Ese día iré a la media maratón Ciudad Universitaria. Está muy bien porque son tres vueltas y eliges dónde te quedas según lo veas (7, 14 ó 21 km). Imagino que haré 14, aunque aún no lo sé. Javier dice que el recorrido es un poco exigente, así que a ver qué tal.

Por lo pronto tengo que empezar a meter kilómetros en estas semanas, que últimamente ando vago, vago...

miércoles, 30 de enero de 2008

Y llegó... y llegué (1:31:58)

27 de enero. IX Media Maratón Ciudad de Getafe

Me costó más de lo previsto, pero por fin llegó el momento de enfrentarme a mi primera media maratón.

El lugar elegido, Getafe. No sé si fue Ángel o Juanjo quien me la recomendó, por ser muy llana; vamos, perfecta para estrenarse en la distancia. Sí, era uno de mis objetivos de este año (ya que el pasado no pudo ser) pero no sabía qué tal respondería, pues no me había preparado específicamente, cosa que sí que hice el año anterior para llegar a Calatayud, y que no sirvió de nada cuando me lesioné el gemelo.

Así que con bastante fortuna conseguí dorsal en Bikila unas semanas antes: 1287.

Y allá que fui. Madrugamos para no tener problemas de aparcamiento, y recogimos a Fernando cerca de casa. Cuando llegamos, ya había algo de ambiente, aunque todavía faltaba más de una hora para la salida. Recogimos nuestros chips y allí nos encontramos con Iñaki, que andaba tocado de un tendón y no sabía qué tal le iría (sin comentarios: 1:25:16, vamos que si le fue bien) . Vuelta al coche a dejar todo lo innecesario, y empezamos a calentar un poquillo.

Esta vez, al revés de lo que pasó en Calatayud, a Ana le tocó hacer de fotógrafo y dar ánimos. Nos estuvo acompañando los minutos antes de empezar. Mientras calentábamos, me encontré con casi toda la gente del club que sabía que corría: Juanjo, que había estado toda esa semana con gripe; Nacho, que había vuelto el día anterior de EE.UU.; Ángel y María Luisa. Ya estábamos todos. Aunque cuando llegó el momento de la salida, los perdí de vista; cada uno teníamos nuestro objetivo y salimos de sitios diferentes.

Mi objetivo era intentar terminar por debajo de 1h 35'. Eso suponía ir a 4'30" el km. Decidí confiar en Ángel, que me dijo que era un recorrido muy llano, y que podía perfectamente hacer los 21 km al mismo ritmo que había hecho los 15 de Tres Cantos (4'20").

Salimos desde ambos lados de una avenida bastante larga. La salida era cuesta abajo, y la verdad es que antes de completar el primer kilómetro ya se podía correr bastante bien, sin tener que andar sorteando gente. No salí disparado, e intenté contenerme.

Los primeros tres kilómetros iba bastante bien, dentro del ritmo previsto (incluso un pelín más deprisa). Había adelantado a Ángel durante el primer kilómetro, y acababa de ver a Ana sacando fotos y animando. Del 3 al 4 subíamos la parte que habíamos bajado al comienzo de la carrera. A partir de ahí, a pesar de ser llano, tenía la sensación de ir un poco hacia arriba en algunos tramos. Falso llano lo llaman; el caso es quejarse.

El primer avituallamiento, en el km 5, no lo pude aprovechar. Los voluntarios no daban abasto, y dijeron que no nos preocupáramos, que un poco más adelante había más botellas. ¿Un poco más adelante?¡Hasta el km 10 no pude beber!

La avenida del Ferrocarril se me hizo un poco larga; no en vano eran aproximadamente 2 km bastante monótonos. Después giramos para iniciar el regreso a la zona de meta, y pasamos por una zona urbana peatonal. Aproximadamente en el km veo que no ando demasiado bien de fuerzas. Llevo buen ritmo, pero me noto flojo, así que decido bajar un poco. La gente anima, e intento cambiar mi gesto. (¡Disfruta de tu primera media maratón, leñe!).

Llega el km 10, que paso en 43', y a esas alturas veo en el carril contrario a los dos africanos que van en cabeza y que están a punto de pasar el km 14. ¡¡Vaya caña que llevan!! Esta vez sí que consigo botella, y cuando paso delante de Ana y me pregunta qué tal, entre sorbo y sorbo, y casi atragantándome sólo soy capaz de soltar un "regu" poco convincente y nada esperanzador.

A partir de ahí ya toca darle al coco. Pensar que ya he completado la mitad del recorrido, que lo que me queda ya lo conozco, pero sabiendo que me quedan menos de la mitad de las fuerzas que me notaba al comienzo. Voy pasando los kilómetros y veo que más o menos consigo mantener bien el ritmo. Y de repente, en el km 13, por arte de magia, y mientras estoy subiendo de nuevo el pequeño repecho, me da un subidón; no sé si es la gente animando, si es pensar que en unos metros estará Ana con la cámara, el caso es que me noto renacer y corro con fuerzas renovadas. Veo a Juanjo en el carril contrario y le doy ánimos; por desgracia, abandonó unos metros más adelante.

Cuando voy a pasar el km 14, vuelvo a ver a los primeros a la altura del 20. Ya no les queda nada, pero a mí... Otra vez me enfrento a la larga avenida, y paso el 15 en menos de 1h 05', es decir, mejor que en Tres Cantos. Eso me anima, pero las fuerzas ya van justas. Yo sigo a lo mío. A estas alturas mi reloj ya sólo marca horas y minutos, pero no segundos, con lo que no sé qué tiempo real llevo en cada paso de kilómetro.

Km 16, km 17, la gente anima en las zonas adoquinadas... Y como si de un ciclo se tratara, bajón en el 18, sobre todo porque no sé por qué pensaba que ya estaba a punto de llegar al 19.

A partir de ese momento, la fuerzas se van, aguanto como puedo, y los dos últimos kilómetros son casi agónicos (los hago a más de 5' cada uno). No hago más que ver cómo me superan más y más corredores, pero esto es todo lo que puedo dar de sí.

Y lo mismo que en Tres Cantos, cuando me faltan 200 metros, echo el resto y adelanto a unos cuantos corredores; entro en el estadio y esprinto al pasar el km 21 ¡¡venga, que sólo quedan 95 m y aún puedo pasar a un par de los que me preceden!! Llego a meta en 1:32:21, que netos se quedan en 1:31:58. Me encuentro con Iñaki; entregamos el chip y recogemos, a pesar del caos organizativo, la estupenda bolsa cargada de bebida, comida y una camiseta técnica de manga larga.

Los gemelos, como piedras. Nos juntamos con Ana, y allí también está Fernando con su familia, que ha venido a verle. Toca volver a casa...

Debería estar dando saltos de alegría, pero me veo como ese equipo nacional que logra la medalla de plata justo al terminar la final: sí, son subcampeones, y es algo grande, pero tienen un regusto agridulce, como yo cuando pienso en el bajón de los últimos kilómetros. ¡¡Pero he llegado al final!! Ya soy un half-maraton man :-)

Bueno, no he dicho nada del tiempo que nos hizo: espectacular. Ya sé que me ha salido densa, pero no todos los días se estrena uno en una media maratón...