jueves, 8 de noviembre de 2012

Faltan diez días...

Sólo diez días para mi segunda maratón. Mirando a la primera es inevitable hacer comparaciones pero rápidamente veo lo distinto que es todo. 

Para empezar, el hecho de que no estoy tan mentalizado y concienciado como lo estaba hace dos años y medio, cuando el objetivo era claro y asustaba: terminar mi primera maratón de la mejor forma posible, cosa que creo que conseguí. Ayudó bastante la base que llevaba, pese a que la preparación, sobre todo en las semanas previas no fue la deseada (obviamente todo debido a la enfermedad de mi madre). En esta ocasión el objetivo es bien distinto -acompañar a César en su debut-, la base y los ritmos son distintos, y aunque he intentando prepararme, ando yo muy relajado. 

Quizá parte de la culpa de este relajamiento la tenga el correr en Valencia, que se supone que es uno de los circuitos más llanos de España, unido también a que manejamos una previsión de terminar en 4 horas y eso hace que el ritmo medio previsto sea de 5'41"/km, que en comparación con los ritmos del anterior maratón parecen asequibles dado que mi estado de forma no es ni de lejos el que tenía entonces, aunque tampoco estoy tan mal... ;)

Como decía en la anterior zancada, planeaba la sombra de una posible fascitis que ha condicionado mis entrenamientos y mi forma de correr las últimas semanas. Por fin me decidí a ir al osteópata, y el alivio ha sido importante al comprobar que realmente se trataba de un esguince. Ayer me colocó todo en su sitio y en un par de días espero retomar la recta final de la preparación... parece como si estuviera siguiendo un estricto plan ¿verdad? Pues no; lo cierto es que no estoy siguiendo ningún plan específico, pero sí he intentado hacer algo más de trabajo de fuerza, que espero dé sus frutos. 

Todo esto se refiere al antes. Dentro de unos días ya podré hacer comparaciones acerca del durante y del después. Faltan sólo diez días; comienza la cuenta atrás. 

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