lunes, 19 de noviembre de 2012

Segundo maratón: objetivo cumplido

Pues sí, ya ha pasado. Por fin llegó el día después del maratón de Valencia. Aquí sigo, vivo y con las piernas doloridas, como no podía ser de otra forma. 

Ahora mismo me resulta complicado definir con una palabra lo que ha sido el fin de semana y en especial el maratón, pero la primera que me viene a la cabeza es inesperado

Inesperado fue el clima: durante los días previos e incluso el mismo día de la carrera se anunciaba una probabilidad de lluvia del 70%, así que estaba seguro de que me tocaría mojarme. La noche anterior estuvo lloviendo, pero cuál fue la sorpresa al ver que amanecía relativamente despejado y que a medida que avanzaban los minutos el sol ganaba más y más terreno a las nubes. Ni una gota durante todo el recorrido, salvo las duchas de los bomberos, claro. 

E inesperado fue el tramo final de la carrera: algo más de 12 km junto a César, el debutante al que acompañaba, en su calvario particular a través del famoso muro. No sé si quizá es que no fui realista o me pudo el optimismo, pero durante gran parte del recorrido pensé que llegaríamos a meta sin problema en el entorno de esas cuatro horas que habíamos estimado; sin embargo, no contaba con el temido muro. Es duro encontrarse bien y de repente ver cómo a tu compañero se le acaban las fuerzas y hace que la media por kilómetro suba en cerca de dos minutos. Es duro mentalmente, pero también físicamente, ya que cuesta bajar tanto el ritmo, aunque no lo parezca. 

De cualquier forma, este es un primer aperitivo; espero poder dar unas cuantas zancadas para contar la experiencia en mi segundo maratón, del que salgo bastante satisfecho, pero con una vivencia totalmente distinta a la llevada en el primero. 

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