lunes, 1 de octubre de 2007

19' 02"

Carrera del BBVA. 30 de septiembre. Madrid.

Vamos, que ya me estoy empezando a retrasar, y se me acumulan las zancadas...

Está empezando la temporada, así que Miguel Ángel nos propone que corramos la carrera del BBVA; son sólo 5 km por calles céntricas de Madrid, y aparentemente el recorrido no es nada exigente. Vamos, que para ir cogiendo un poco de tono, está bien.

Es una carrera de autobombo. Este gigante bancario celebra su 150 aniversario, y organiza una carrera gratuita en varias ciudades. Tienen todo bastante bien organizado: inscripción por internet, recogida de lo que llaman kit de bienvenida, que incluye el dorsal, el chip (raro en una carrera gratuita, pero claro, hay mucha pasta detrás; lo que pierdan ya lo recuperarán de alguna forma), una camiseta, una muñequera, y un pin. Publicidad pura y dura. Llámalo propaganda.

Ana y yo hemos recogido a María Jesús; Julen, su marido, se ha tenido que quedar en casa acatarrado. Lástima. Aparcamos frente al intercambiador de Moncloa, después de hacer doscientas maniobras, y nos dirigimos al metro. Es pronto, quizá demasiado para ser domingo y pretender que la carrera sea una fiesta de participación. Mucha gente en el metro sube con su camiseta azul; nos han prometido que si llegamos con ella puesta a la meta, nos darán un obsequio. A ver qué es...

Buenos, pues allá que vamos. Llegamos a Nuevos Ministerios, y cada vez se ven más camisetas azules. Ahora a ver cómo encontramos a la gente entre tanta uniformidad. Ha habido suerte: Miguel Ángel nos encuentra a nosotros primero. Trae a su hijo Sergio, su arma secreta frente a su cuñado Pedro; se avecina un gran pique, y mucho trabajo para Pedro :o)

Poco a poco vamos encontrando más gente: Pedro, con sus compis de trabajo, Juanjo -al que no veía desde hacía mucho tiempo-, María,... total, que ya son casi las nueve. Se sale de dos vías paralelas. Estamos bastante cerca del arco de salida, y Miguel Ángel me propone hacer los 5km en 21' o menos. Yo acepto sin pensarlo demasiado; ir por encima de 4' el km me parece factible a estas alturas para una distancia tan corta. Eso sí, al principio habrá eslalom.

Y salimos. Sorteamos corredores durante los primeros 150-200 metros. El grupo se estira y es más fácil correr sin tener que esquivar a la gente. Nos ponemos a la par de Pedro, que tras mirar su juguetito medidor decide que estamos locos yendo a 3'40" (a mí me parece increíble), y dice que se queda a esperar a sus verdaderos rivales (Ángel, Sergio...)

Miguel Ángel y yo seguimos, a buen ritmo. No he visto cartel del primer kilómetro, y encima como me he olvidado la banda pectoral del pulsómetro, no puedo ver el tiempo que vamos marcando, así que me guío por lo que me va contando mi compañero de carrera. En el kilómetro dos, que sí tiene cartel, pasamos por debajo de los 8'. Casi no me lo creo.

Mis sensaciones son buenas, pero no sé si aguantaré todo el rato así. Van pasando los metros y llegamos a zonas ya conocidas: glorieta de Bilbao, glorieta de San Bernardo... entramos en Alberto Aguilera, y sin darnos cuenta nos ponemos a la par de Adrián, que dice que va fatal. En el kilómetro cuatro me quedo un poco encerrado y cuando me pongo otra vez a la par de Miguel Ángel, Adrián ha desaparecido pero no hacia atrás, sino hacia delante. Menos mal que iba mal...

Empieza la bajada por Marqués de Urquijo. Voy dando zancadas largas y me siento cómodo, sabiendo que ya no queda mucho. A Miguel Ángel le cuesta seguirme en la bajada, pero yo le espero. Pasamos el cartel del kilómetro 5. Menos mal que sabíamos que aún quedaban algunos metros. A partir de la fuente del paseo Camoens empiezo a esprintar con fuerza y más al ver que el reloj de meta aún está ¡¡en el minuto 18!!

Adelanto a dos o tres corredores, y cruzo la meta en 19'02". Tiempazo, aunque cuesta abajo ya podré. Miguel Ángel entra un segundo después. Estamos flipando del ritmo que hemos llevado.

Una triste medallita conmemorativa es todo el regalo que tienen para nuestra publicidad gratuita. La gente va llegando a meta, bastante bien todos. Empapados de sudor nos vamos al coche. Ya no hay más tela que cortar.

Una buena experiencia en 5 km. Ahora, a por la del Pardillo ...

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