miércoles, 2 de enero de 2008

14926

31 de diciembre. San Silvestre Vallecana.

16:10. Llego a la estación de metro de Santiago Bernabéu. Me ha costado bastante dejar aparcado el coche más o menos cerca de la meta. Al salir a la calle, se empieza a escuchar el ambiente, la música, el speaker... y mucha gente, aunque aún es bastante pronto (faltan casi 2 horas para la salida).

16:30. Después de darme una vueltecilla, me despojo del chándal y dejo mi mochila en una de las furgonetas del servicio de guardarropa. Está muy bien organizado, y me dan una pulsera de papel, parecida a la que da acceso a los cajones. Es bastante pronto y no sé cómo voy a hacerlo para aguantar hasta la salida sin ropa de abrigo. Doy algunas vueltas, como una barrita de muesli que me han repartido, y tomo un vaso de Gatorade (dos carpas para tanta gente me parece poca zona de hidratación, la verdad). Y para no quedarme quieto, decido dar una vuelta y acercarme a la zona de entrada a los cajones. De camino veo un Vips: la perspectiva de un lugar calentito es algo a lo que no puedo negarme.

17:15. Empiezo a calentar. Cada vez hay más corredores calentando, así que me monto en el carrusel y empiezo a trotar, dar saltos, hacer pequeños estiramientos... No sé nada de Pedro, y su móvil sigue fuera de cobertura. Así que a las 17:25 decido entrar en la zona de cajones.

17:30. Acabo de hablar con Ana, que me ha dado los últimos ánimos. Hoy no me he levantado precisamente bien, y la sombra de un trancazo de impresión planea en el ambiente. Miro los cajones desde fuera para ver si veo a Pedro, pero nada, así que me meto en mi cajón de <45'

17:50. La gente se va apelotonando, y llegar a la zona desde la que pensábamos salir (en el lado derecho) parece harto imposible, así que nos quedamos más o menos centrados en nuestro callejón. Empieza el cachondeo, y vuelan prendas de todo tipo: camisetas, chaquetas de chándal... no pillo la gracia, pero bueno, es el ambiente general. Empiezan a tocar los guitarras y al cabo de unos segundos todos reconocemos el Where the streets have no name de U2, y el ambiente sube un grado más, con todo el mundo jaleando y saltando. Venga, que ya nos queda poco.

18:00. Como un reloj, y tras la preceptiva cuenta atrás, se da la salida a la carrera. Un poco antes todos habíamos avanzado un poco, apiñándonos si cabe un poco más. Como es normal, la salida es un poco caótica, con tanto mogollón. El chip pita al pasar por el arco de salida, así que tendremos medición de tiempo neto. Subir Concha Espina con tanta gente es una forma de no quemarse en la primera cuesta arriba. Muy buen ambiente, porque a pesar de que doy algún codazo sin querer, todos contestan lo mismo "No te preocupes, somos muchos". Miro hacia atrás, y es alucinante la marea naranja que se divisa.

Enfilamos la calle Serrano, y seguimos muy agrupados; es complicado adelantar. Es Pedro el que va un poco por delante, y le sigo como buenamente puedo. Pasamos el primer kilómetro en 4'30" aproximadamente. No va bien, pero tampoco está tan mal; yo casi esperaba hacer más tiempo. Seguimos zigzagueando un poco más, intentando avanzar todo lo posible. El segundo kilómetro lo pasamos un poco más rápido; parece que la cosa se acelera algo.

Se ve gente por la calle, pero tampoco demasiada. En los kilómetros 3 y 4 nos mantenemos. No vamos mal de ritmo, pero hace falta apretar un poco más, porque teniendo en cuenta que los 2 últimos kilómetros pican para arriba, es necesario llevar un cierto colchón. Lo comento con Pedro, pero dice que va justito, y que si quiero, que tire yo.

Hemos pasado la Puerta de Alcalá y entramos en el Paseo del Prado. Aquí sí que se va viendo más gente que anima. Niños que ponen la mano para que la choquemos a nuestro paso. Estoy disfrutando mucho la carrera.

No veo el paso por el kilómetro 5, y ya estamos llegando a la estación de Atocha. Ahora sí que hay gente, y cómo animan. Al paso por el kilómetro 6, ya en la Avda Ciudad de Barcelona, seguimos a buen ritmo, y Pedro aún aguanta, aunque no llevamos colchón. Para entonces ya he cogido posiciones en el lado derecho, para ver si con suerte veo a mi amigo Rubén. Es él el que me grita, y aún tengo tiempo de girarme a saludarle. ¡Cómo sube el ánimo el aliento de los conocidos!

Se acercan los tan temidos últimos dos kilómetros. Me veo bien para afrontar la cuesta, y tras girar la cabeza un par de veces y no encontrar a Pedro, decido tirar hacia delante. Las calles están abarrotadas de gente animando, y hay mucha más luz. ¡Qué ambiente tan bonito!

Salimos de la Avenida de la Albufera, y paso por el 9 en menos de 39', así que decido echar el resto para hacer un buen tiempo. Sigo adelantando a gente, ya en una zona un poco menos iluminada, y aprieto los dientes en los últimos 200 m, que se me hacen largos.

Y por fin, la meta. Paro mi reloj en 42'32". Ya veremos cuál es el tiempo oficial, pero estoy contento. Ha estado genial. Entrego el chip, recojo una barrita, y voy a por mi ropa. Me cambio en el punto donde había quedado con Pedro, y espero más de 15', pero al no verle, tomo el camino a casa.

Al final, 42'36" y puesto 1501 para el dorsal 14926. Estoy bastante contento, para ser mi primera San Silvestre. No sé si repetiré el año próximo, pero tengo claro que me llevo buen sabor de boca, porque por primera vez en bastante tiempo he podido disfrutar de una carrera, y además hacer un buen tiempo. ¿Qué más puedo pedir? Feliz año nuevo.

NOTA: Hoy, al volver a mirar la clasificación, resulta que no estoy en el 1501, sino en el 1500. Mira, más redondo todavía...

No hay comentarios: