martes, 2 de diciembre de 2008

De montaña, vale; lo de media maratón...

23 de noviembre. X Media maratón de montaña de Jarandilla de la Vera. Cáceres

Fue ésta una de esas ocasiones en las que ser de un club de atletismo tiene sentido. No sé cómo, pero me convencieron para ir a correr una media maratón de montaña en Jarandilla de la Vera (Cáceres), y aprovechando la coyuntura, ir con toda la familia (Ana y Andrea, encantadas de la vida).

Así que nos juntamos unos cuantos al final. María se encargó de las inscripciones y la reserva del hotel en Cuacos de Yuste, a pocos kilómetros del lugar de la carrera.

Llegamos el sábado a la hora de comer y compartimos mesa con el resto: Ángel, María Luisa, José Luis, María Amparo, Nacho con toda su familia (Noemí, Pablo y Blanca), Alberto, Isabel, y dos amigos suyos. Vamos, un buen grupo. María y Alberto se unieron por la noche.



Hicimos un poco de turismo por Jarandilla (el parador es bien bonito) y Cuacos (pequeño pero con encanto) y nos fuimos a descansar, unos más pronto que otros.

La mañana se presentó soleada aunque muy fría. Desayunamos prontito casi todos los que corríamos, y nos dirijimos a Jarandilla para calentar un poco. Nacho y yo nos metimos en el coche con José Luis y María Amparo. Después de un par de vueltas pudimos aparcar y salir a calentar un poco.


La salida la hicimos desde bien adelante, aunque en cuanto empezamos a correr no hubo problema en que la gente con más prisa nos fuera pasando. Fui con Nacho los primeros kilómetros, a un ritmo que casi nos permitía ir charlando. Encima, siendo cuesta abajo... Había muy buen ambiente; alguno incluso se arrancaba a contar chistes.

El paso por los primeros kilómetros constató que la medición de estos no estaba muy bien hecha, al menos comparando con lo que indicaba no sólo mi Garmin, sino los GPS y podómetros de otros corredores. Y en esta tontería de si está o no bien medido, llegó la fatalidad.

Pasando por la marca del kilómetro cinco, en una zona medio asfaltada, me giré para confirmar con los que venían comentando por detrás que efectivamente los kilómetros estaban mal medidos. Tan pegado a la cuneta iba que se me fue el pie izquierdo y ¡zash! esguince que te crió.

Dolor, mucho dolor al principio, pero aún no llevábamos ni 5 km y no podía pensar en parar. Seguí corriendo para ver si en caliente el pie aguantaba. Tras unos metros en los que el dolor era bastante intenso, me fui encontrando mejor, así que seguí corriendo, aunque ya en la cabeza sólo tenía una palabra: esguince.

Comenzó a ponerse cuesta arriba el terreno, y me distancié de Nacho, que prefirió llevar un ritmo más bajo. Durante la subida nos cruzamos con dos hombres y una mujer con aspecto magrebí que bajaban andando, supongo que vieron complicado el tema de ganar y ante la perspectiva de no pillar premio prefirieron reservarse.

Subida por pista, bajadas, tramos con carretera, partes en las que nos encontramos con nuestros animadores, y ahí seguí, con dignidad, andando en algunos tramos y corriendo en otros. Tenía miedo de que al bajar se me fuera el pie y me acabar de fastidiar, pero fui con cuidado y aguanté bastante bien.

Más o menos en el 15 me junté durante un par de kilómetros con un corredor veterano de esta prueba, que me informó de que aún quedaba una subida jodidilla y la bajada, que no era tan agradable como uno puede pensar, y que me convenía guardar fuerzas, porque se sufría.

La subida se me hizo dura, pero la bajada fue más dura aún. Parece mentira, pero es así. Iba arrastrado y no hacía más que pasarme la gente, pero en el último kilómetro me vi bien y apreté para adelantar a unos cuantos. En mi esprint habitual de los últimos metros sólo pude oír a Ana animarme. Para otra ocasión queda pararme y entrar en meta con mi niña, como hicieron otros padres.

Al final 1h 38' 22", en poco más de 20 km que para ir con un esguince no está nada mal. En la llegada me entregaron una especie de ticket con mi tiempo y clasificación oficial, que siempre es de agradecer.

Hielo, ducha, cuidados de mi enfermera particular y vuelta a casa después de una media que no fue tal, y más dura de lo que nos pensábamos (y mira que María nos lo advirtió). Próxima cita de montaña: Cercedilla, el 21 de diciembre.

Aquí te dejo los datos que recogió mi Garmin.

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