Del viernes al sábado pude dormir bastante, que era lo aconsejable. Antes de acostarme dejé toda la ropa preparada, porque el sábado iba a ser un poco loco para sacar tiempo. El sábado, entre pitos y flautas no me acosté demasiado pronto -tuvimos un bautizo-, pero ya estaba todo hecho. Todo listo para el gran día.
jueves, 29 de abril de 2010
Semana final: viernes y sábado
Calma total, que es lo que toca. Eso fue lo que me impuse para el viernes y sábado. Nada de deporte, ni siquiera salir a trotar un rato. El único esfuerzo, empujar el cochecito de Andrea. Aprovisionarme bien de orejones, higos secos y otros manjares. Organizar todo con Ana para ver dónde nos íbamos a encontrar el día de la carrera, y esperar que llegue el gran día.
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