martes, 2 de septiembre de 2008

Chof-chof

22 de junio. Cross Alpino del Telégrafo. Cercedilla (Madrid)

Madrugón para estar a las 7:30 en la pista, donde habíamos quedado con Nacho. La cita, el VII Cross Alpino del Telégrafo, con 17 km (8,5 subida y otros tantos de bajada) saliendo de la plaza del ayuntamiento de Cercedilla, y volviendo al mismo punto, previo paso por el alto del Telégrafo, en Navacerrada. A priori, muy buena pinta.

Con Ana, que venía de chófer, llegamos con tiempo suficiente para recoger el dorsal. En ese mismo momento nos entregaron la bolsa del corredor, que en relación a los 19 € que costaba la inscripción estaba bastante bien surtida (no sé qué tiene Cercedilla, que las bolsas del corredor siempre están bien). De fondo oíamos las instrucciones que se estaba dando a los corredores (no sabemos si del maratón alpino o del cross). El caso es que después de volver al coche a dejar las cosas y cambiarnos, nos dirigimos de nuevo a la zona de salida, donde calentamos un poco, estiramos, pasamos el control de dorsales, y nos dispusimos a tomar la salida. Allí nos encontramos con Carlos, del grupo de aventura, que ya había corrido esta carrera en otras ocasiones; se fue hacia delante pero nosotros, con objetivos mucho más modestos nos mantuvimos en la parte de atrás.

Salimos con cierto retraso, y mucho ánimo en el ambiente. ¡¡A subir!! Los primeros kilómetros me daban la sensación de no estar subiendo demasiado; alguna cuestecilla, sí, pero todo bastante suave. El primer avituallamiento lo aproveché para esperar a Nacho. Después de eso empezaron a aparecer tramos con algo más de pendiente que afrontamos con dignidad, y también -tal como nos indicó Carlos antes de salir- tuvimos que atravesar varios arroyos sin mirar mucho dónde poníamos el pie, porque el remojón estaba garantizado; y en cuanto los pies se secaban, chof, otro chapuzón. Nos acordamos del Gore-Tex que no incluimos al comprar nuestras Salomon, pero estuvimos de acuerdo en que no merecía la pena el gasto para algo así, en comparación al calor que pueden sufrir los pies.

A los 55' de carrera por zona boscosa tuvimos que empezar a hacernos a un lado porque ya venían de vuelta los primeros. Mucha prisa, mucha prisa, y el camino que se empezaba a empinar. El final de subida nos reservaba todo lo que no habíamos subido hasta entonces. Pasamos por la estación de Navacerrada, unas escaleras, y lo más duro, un tramo final que obligaba a hacerlo andando; una auténtica pared. Para entonces ya había dejado a Nacho atrás. Pasé por el control de dorsales en el alto del Telégrafo en 1h15' aproximadamente. Aproveché la bajada por la pelada pista de esquí para llamar a Ana y decirle que ya iba para abajo. Justo al final de la pista, junto a la carretera, en lo alto del puerto nos esperaba el avituallamiento sólido con toda clase de alimentos que entraban que daba gusto.

A partir de ahí comencé la bajada más dura. La primera parte era muy empinada y había que ir con cuidado y frenándose bastante. Aún así, como no tenía molestias de ningún tipo, pude bajar sin problema, uniéndome a algún grupo, adelantando a unos cuantos, y viendo cada vez más cerca la llegada. Antes de eso ya me había cruzado con los corredores escoba, así que salvo algún excursionista rezagado, no había problema en encontrarse gente de frente. Y a bajar todo lo subido...

El último avituallamiento (que era el mismo que el primero) vino bien para hidratarse y afrontar la última parte. Me veía con fuerzas y pasé a un grupo, pero en la bajada siguiente un par de corredores me volvieron a superar y ya me costó seguirles, así que de ahí en adelante, solo hasta la meta, que se hizo de rogar, ya que no entramos exactamente por el mismo sitio por donde habíamos salido, sino que hubo que dar un poco de rodeo. A pocos metros de la meta estaba Carlos dando ánimos a los que llegábamos, y casi en el arco de entrada Ana, cámara en mano, inmortalizó mis últimos metros. Al final, 2h04'14" y muy satisfecho por haber corrido esta carrera. Merece la pena.

Nacho llegó unos veinte minutos más tarde, con mucha dignidad. En resumen, una carrera muy recomendable, con buena organización y en un marco ideal.



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