viernes, 31 de agosto de 2007

Descanso activo

Llevo más de quince días de completo observador, sin calzarme las zapatillas ni dar una sola zancada, salvo para coger el bus o el metro.

Me he tomado en serio esos consejos que ya había leído en publicaciones especializadas, y que también había oído a Héctor, nuestro entrenador. En un principio pensaba estar quince días sin correr, pero al final creo que va a ser un poco más. El lunes próximo parto para Holanda, y he decidido que hasta la vuelta daré descanso a mis piernas, porque lo que les espera...

Cuando ya te has acostumbrado a salir a correr varios días a la semana, se hace extraño estar tantos días sin hacerlo, y aunque a veces dan ganas, sobre todo cuando ves pasar a alguien corriendo o a nuestros atletas compitiendo en los mundiales de Osaka, viene bien parar y dedicarse a hacer otras cosas, aprovechando de paso para descargar un poco piernas y articulaciones.

Pensaba hacer varias cosas: bici, pádel, piscina... al final ha predominado la piscina. ¡Quién me ha visto y quién me ve! Me he pasado casi todo el verano sin pisar la piscina, y en apenas 10 días he nadado yo creo que más que en toda mi vida. Se ha abierto un mundo hasta ahora desconocido...

Así que voy a disfrutar de este descanso activo hasta el día 13, que volveré a pisar la pista, dispuesto a afrontar mis objetivos para esta temporada: bajar de 40' en los 10km, y antes de acabar el año, correr mi primera media maratón. Ahí es na'

jueves, 30 de agosto de 2007

Osaka (III) ¿Decepción?

Ayer salí un rato antes del trabajo sólo para llegar a casa a tiempo y poder ver en directo la esperada final de 1500. Nuestros tres mosqueteros -Higuero, Casado y Gallardo- anunciaban que algo bueno debía pasar; tantas papeletas... algún premio debía llegar ¿no?

Entrar, encender el televisor y comenzar la final, fue todo uno. ¡Venga, chicos, que vosotros podéis!

Uy, Higuero está un poco atrás ¿no? Bueno, será su táctica. Incluso el ilustre José Luis González decía que estaba bien. Casado y Gallardo, mucho mejor colocados. Esto promete...

Pero se ha quedado en promesa. Higuero no se ha metido en la carrera en ningún momento, y tanto Gallardo como Casado se han desinflado en los últimos 150 m. Eso sí, este último ha conseguido puesto de finalista (séptimo) siendo, además, el primer europeo. No es lo que esperábamos, pero...

¿Decepción? Pues sí, es el titular más fácil. Y tengo que reconocer que en un primer momento es lo que se puede pensar; hasta yo me siento un poco decepcionado. Había muchas esperanzas, pero una vez más no ha podido ser.

Veo los comentarios de la gente en la edición digital del Marca, y alucino. Mucho forofo de sillón, como dice otro, que no tienen ni idea de lo que supone estar entre los 14 mejores del mundo en la distancia; que hacen suyas las victorias cuando un español gana algo, pero que hacen leña del árbol caído y se desentienden cuando el resultado no es el esperado; que dicen "hemos ganado" con la misma facilidad que "ha perdido" o "la ha vuelto a cagar".

Algunos van más allá y cargan las tintas contra atletas que no han alcanzado la final, como Manolo Martínez, Mario Pestano, Mercedes Chilla, Penti, Concha Montaner... Sí, puede resultar decepcionante a primera vista, pero cada persona es un mundo, y más allá del frío resultado hay más cosas. Un mal día lo puede tener cualquiera. Hay otros que prefieren no competir, lo que es tan respetable como competir aún sabiendo que no estás al cien por cien. Ellos se lo juegan toda una temporada en tres saltos, tres lanzamientos, o algo más de tres minutos. La comparación con otros deportes, en este caso sí que es odiosa.

¿Quiénes éramos en el atletismo europeo y mundial hace veinte años? Ahora destacamos incluso en disciplinas que muchos ni siquiera conocían. Pero sí, como no son campeones mundiales o europeos (que algunos sí lo son), no valen nada.

En fin, que vaya desde aquí mi admiración para todos los que le han echado coraje para representar a España en los mundiales de Osaka, aunque se hayan quedado en rondas previas. Para mí siguen siendo unos campeones. Y el año que viene, espera Pekín.

Osaka (II) ¡qué grande, Mayte!


(Vídeo de la final de 800 m femeninos)

Estaba en el trabajo, pero no me olvidé que Mayte Martínez corría la final de los 800 m, y confiaba en que iba a hacer algo bueno. Quizá no llegar a las medallas, pero sí acercarse.

Es otra de las atletas que me cae bien, junto a Marta Domínguez (qué pena que no hayas podido estar en los mundiales; se te echa en falta). Se la ve con la mirada tímida, a veces algo perdida, pero vaya pedazo de atleta.

A falta de televisión, y para no cantear mucho, me conecté directamente a la web de la IAAF para ver los resultados... "¡¡ha quedado tercera!!¡¡Qué pasada!!", pensé.

Y luego lo vi en la tele. Bueno, lo vi después de un buen rato, porque la valoración que el entrenador del Real Madrid hacía del primer partido de liga era mucho más importante, al menos a criterio de la misma cadena pública que se encarga de la retransmisión de los campeonatos. ¿Pero no se dan cuenta? ¡Ha quedado la tercera del mundo en 800 m, y ha estado a 17 centésimas de batir el récord de España! Me hierve la sangre.

Pedazo de 100 m finales que se marcó la vallisoletana. ¡Olé tus zancadas, guapa!

No quiero cerrar esta zancada sin mencionar a Rosa Morató, que acabó en puesto de finalista en los 3000m obstáculos, después de haber accedido como primera en su semifinal. Otra que seguro nos va a dar alegría.

Osaka (I)


Y por fin llegaron los mundiales de Osaka. La pena es que tengan que solaparse con el comienzo de la liga de fútbol, lo que hace que la atención prestada por los medios sea, si cabe, aún menor.

En la primera jornada me quedé levantado hasta tarde, esperando al final del maratón, a ver si alguno de nuestros representantes (fundamentalmente Julio Rey) nos daban la primera alegría con alguna medalla o, al menos un buen resultado. No empezó con buen pie la cosa, aunque el décimo puesto de Chema Martínez (qué bien me cae ese tío) es digno de mención. A partir de ahora sólo se va a dedicar al maratón. Mucha suerte, Chema. Julio Rey abandonó, y José Ríos, que al parecer apuntaba alto durante la primera mitad de la carrera, terminó en el 17º puesto.

La noche siguiente, la misma historia. Esta vez, esperando a uno de los seguros del equipo: Paquillo Fernández. No pudo con el ecuatoriano Jefferson Pérez, pero sí sacó fuerzas en la última recta para lograr la medalla de plata al superar al hasta entonces segundo clasificado. Me acosté con amargura al saber que le habían descalificado, aunque no se sabía muy bien por qué; lo asumió como pudo, aguantando el tipo frente al micro. Afortunadamente, el recurso prosperó, como no podía ser de otra forma, y unas horas después pudo colgarse al cuello su merecida medalla. ¡Bravo, Paquillo!

Seguro que mucha gente se cabreó con él cuando supo que le habían descalificado. "Tendrías que haber asegurado la plata; por avaricia, te quedas sin nada". Y es que somos muy listos. Correr parece tan fácil... eso lo hace cualquiera. Sí, cualquiera. Que me lo digan a mí, que en 10km corriendo hago peor tiempo que Paquillo marchando. Estoy seguro de que si él no lo hubiera visto claro, no habría hecho ese esfuerzo final, que quedar 3º del mundo no es ninguna tontería.

Pero es que en este país somos así. Sólo vale el resultado. Si gana medalla, qué buenos somos todos; si queda por detrás, aunque sea en posición de finalista, es poco menos que una mierda, con perdón. ¿Realmente nos damos cuenta del mérito que tiene estar entre los mejores del mundo? No, sólo nos vale enfundarnos la roja para animar al equipo de fútbol, que lo más que consigue es quedar entre el 5º y el 8º, siempre, pero eso no nos importa. Dudo que esto cambie alguna vez. Es poco probable que en este campeonato consigamos un oro, pero aunque así fuera, cualquier noticia futbolística relegaría semejante éxito a un segundo plano.


A veces no sale como esperas

Trofeo San Lorenzo. Madrid. 29 de julio

Bueno, pues aquí estaba yo de nuevo, dispuesto a correr por segundo año el trofeo San Lorenzo. Es una carrera bonita, de esas que da gusto correr, fundamentalmente por el recorrido que transcurre por zonas emblemáticas de Madrid como la Puerta de Toledo, el Palacio Real, la Puerta del Sol... en fin, una delicia.

Inconveniente, en la fecha que estamos, y como no podía ser de otra forma, el calor. A pesar de que la salida sea a las 9 de la mañana, el sol se deja notar y bien, y todos vamos buscando la sombra de árboles y edificios.

No recordaba el tiempo que había hecho el año anterior, pero partía con la intención de bajarlo, acercándome a los 42 minutos. Pero qué locura. Si lo hubiera pensado un poco.

Sí que es cierto que no descansé lo que debía, y el meterme en poco más de día y medio entre pecho y espalda más de 1000 km de coche supongo que tampoco ayudó. El caso es que tampoco me encontré demasiado cansado durante la carrera, y hasta dosifiqué en las subidas, para evitar cebarme, pero no sé qué pasó. Hice casi cuatro minutos más que el año pasado, a pesar de que mis sensaciones fueron mucho mejores, sobre todo en los últimos kilómetros. En fin, hay días que no sale como esperas. Creo que el año que viene intentaré mirar menos al suelo y disfrutar más del recorrido.

miércoles, 1 de agosto de 2007

Reunión de Atletas (y II)

Meeting de Madrid. Estadio de Vallehermoso. 21 de julio.

Y ahí estábamos, en un lugar privilegiado para seguir una prueba que a priori no pensé que me fuera a aportar tanto. Fue un descubrimiento muy afortunado.

Lo primero fue ver llegar caras conocidas, de esas que suelen verse en la tele en las grandes competiciones: nuestras saltadoras Ruth Beitia y Marta Mendía, y algunas de las mejores saltadoras extranjeras. Reconozco mi ignorancia, pero sí que me sonaba la sueca Bergqvist, una de las más grandes, aunque a tenor de su estatura nadie lo diría.

Igual que las lanzadoras de jabalina, llegar, dejar en el suelo las mochilas y comenzar su particular ritual, fue todo uno. Algunas sacaban cintas métricas para marcar al milímetro sus referencias; otras preferían un método más tradicional midiendo pasos. Las caras de concentración y, por qué no, ciertos nervios ya se empezaban a adivinar.

Comenzó el calentamiento; cada una a su manera. Me hacía gracia ver cómo se aproximaban al listón y justo al llegar delante giraban y seguían corriendo hasta completar un semicírculo; me impresionó Ruth Beitia cuando saltó a tijera el listón, que aunque más bajo de lo normal, no dejaba de estar a una altura considerable. Después de cada salto preparatorio, algunas buscaban a su entrenador para hacer ajustes de última hora. Y mientras tanto, como en un mundo aparte, Kaijsa Bergqvist. O al menos esa fue la impresión que me dio mientras estiraba, o levantaba la mano reclamando su turno en cada salto de calentamiento.

Y comenzó la competición. Algunas lo tenían desde el principio más complicado, porque entre tanta figura... pero ahí estábamos nosotros, el público, animando con nuestras palmadas y dando el último empujón en el aire.

Y hay que decir que dio resultado, o al menos eso parecía a ratos.

El listón iba subiendo, y las saltadoras iban cayendo poco a poco. Como era de esperar, quedaron para el final las mejores. Para mi sorpresa, Bergqvist cayó la primera entre las favoritas. Después Ruth Beitia. Entonces ya sólo quedaba la croata Vlasic. No le había prestado mucha atención hasta entonces, pero es que apenas la conocía, y no podía imaginar lo que nos tenía reservado.

Sabiéndose ganadora, y viendo la facilidad con la que iba superando las sucesivas alturas, decidió ir más allá. Subió el listón hasta 2'05, lo que de superarlo, suponía la mejor marca mundial del año, a sólo 4 cm del récord mundial de Kostadinova, que consiguió hace la ya la friolera de 20 años.

Aplaudimos, aplaudimos. Era un momento emocionante, ¡¡y lo superó!! Allí estábamos, emocionados con el salto de esta espigada atleta de 23 años, que miraba a su entrenador buscando aprobación, mientras le indicaba a los jueces que esperaran, porque a lo mejor aún quedaba algo más por hacer.

Entonces nos anunciaron que Blanka Vlasic iba a intentar un salto sobre 2'10, es decir, iba a por el récord del mundo. ¡¡Qué emoción!! Preparamos nuestras manos para aplaudir con más ritmo y más fuerza que nunca... ¡madre mía, como lo bata!!

No alargaré el relato mucho más. Hizo nulo en sus tres intentos, aunque estuvo a puntito, pero todos nos fuimos con una oleada de emoción en el cuerpo y una gratitud por su esfuerzo, que al menos en mi caso, difícilmente olvidaré.

Profesionales, amateurs, populares, pero todos Atletas, con A mayúscula.