lunes, 2 de marzo de 2009

Cambio de zapatillas


La semana pasada por fin deshojé la margarita y me decidí por las Nike Air Zoom Structure Triax + 11. Madre mía, sí que es largo el nombre.

Las Mizuno después de casi 3 años dieron su última zancada en la Nevada de la Chopera, y ya se iba imponiendo un cambio, más aún teniendo en cuenta mi recién descubierta condición de pronador medio, porque las Brooks también empiezan a dar síntomas de bastante desgaste. Aprovechando una oferta en el Nike Factory me he hecho con este modelo, que no es el último de la serie, pero que yo creo que me va a servir igual.

Es el que me recomendaron cuando me hice el estudio de la pisada. Después de probarme algunos otros (Asics, Mizuno, y Adidas) voy a dar oportunidad a otra marca. Por ahora sólo me las he puesto para que el pie se vaya adaptando. En general las sensaciones son buenas en cuanto a amortiguación y sujección del pie y el tobillo. Curiosamente es menos acusada la sensación extraña que tenía cuando me las probé por primera vez en noviembre; notaba como si justo donde empiezan los dedos de los pies la zapatilla estuviera más elevada que en el resto de la planta.

Ahora tengo que ponerlas a prueba corriendo. Ya te contaré qué tal.

En cualquier caso, es muy importante dedicar algo de tiempo y, por qué no, dinero a la hora de hacerse con un par de zapatillas para correr. Una mala elección puede ser incluso perjudicial para la salud, pues no es raro acabar con molestias y lesiones por no haber escogido la zapatilla adecuada a las características físicas de cada uno.

Es conveniente tener en cuenta aspectos tales como peso, estatura y tipo de pisada (pronador, neutro, supinador) del corredor, tipo de superficie y frecuencia con la que se va a correr, amortiguación y ajuste al pie, lo cual redundará en una elección adecuada. Como siempre, lo mejor es dejarse asesorar por personal que entienda del tema. Las tiendas especializadas suelen ser un buen comienzo.

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