martes, 18 de agosto de 2009

De todo un poco

Este viernes pasado quedé con Miguel Ángel para que me llevara a reconocer el circuito de bici del duatlón de Boadilla, que espero correr el próximo mes de octubre. Las tareas domésticas de última hora me impidieron darme el recomendable bañito antes de salir de casa, porque otra cosa no, pero calor hacía un rato.

Llegué un pelín tarde por mi falta de experiencia montando ruedas traseras, y porque hacía mucho que no subía la bici al ibiza. En el punto señalado estaba ya esperando mi cicerone. Bajar la bici, montar la rueda delantera, puesta a punto, y en marcha.

Es útil recorrer el circuito con alguien que lo conoce, pero lo es más si te va dando consejos acerca de desarrollos a llevar, zonas más o menos complicadas, o trucos para hacer más llevadero el recorrido. Tras una vuelta de reconocimiento, volvimos al punto de partida para dar la segunda vuelta al circuito ya del tirón. Está bastante bien, aunque hay un par de tramos que se las traen un poco, en especial una subida que o la coges bien desde abajo o no hay forma subirla del tirón. Es un tramo que tendré que entrenar.

Después de unos 20 km más o menos, regresamos hacia al coche. Entonces, a pesar de que yo no estaba por la labor, Miguel Ángel -con muy buen criterio, por cierto- me obligó a bajarme de la bici y ponerme a correr un rato. Se trataba de experimentar la sensación que produce esa transición bici-carrera a pie. Nunca lo había hecho, y menos mal que no lo dejé para el día de la prueba. Al principio cuesta, porque los músculos de la pierna no responden, pero poco a poco se va cogiendo el ritmo. Esto es así porque en la bici algunos músculos, al contrario de lo que sucede en la carrera a pie, no están estirados si no más bien al contrario, van encogidos. Por eso, hasta que se alargan y las sensaciones son las habituales, pasa un buen rato.

Estaba ya un poco cascadillo cuando nos despedimos, pero aún así tuve fuerzas para, al llegar a casa, echar un partidillo de pádel. Aunque el cuerpo, que es más sabio de lo que parece, me dio su particular aviso en forma de subida generalizada de los cuádriceps de la pierna izquierda. Pasé un rato regular, pues no podía estirarlos sin que se me montaran los isquios, y viceversa. Al final se me pasó y pude terminar el partido, tras lo cual rematé la jornada deportiva con un par de largos muy suaves en la piscina, que me supieron a gloria.

Aquí están los datos que mi Garmin recogió en el rato de bici-carrera:
Bici (1er tramo. Falta un trozo porque tardé como un par de kms en poner en marcha el aparato)
Bici (vuelta completa a ritmo, aunque se me atragantó el circuito en un par de tramos).
Carrera a pie (trote de unos 600m)

Esta tarde volvemos al circuito. Esta vez se nos unen Ana y Nacho. La siguiente zancada será para contar qué tal nos ha ido.

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